El principal protagonista de la polémica, el que el domingo tuvo que ser sacado del campo sobre la puerta, el central del Badajoz Emilio Pinto, aseguró ayer tras ser operado que a lo sucedido "no hay que darle mayor importancia, porque le puede pasar a cualquiera". El futbolista, que reconoció haberse visto en las cadenas nacionales de televisión, señaló que le resultó extraño que no hubiera ninguna camilla en el estadio. "Estuve tres años en el Extremadura y siempre fue un club muy preparado en el que no hubo problemas al tener allí a la Cruz Roja", dijo.

Aunque reiteró una y otra vez que "no hay que dramatizar", indicó que lo bueno de que esto haya pasado es que se ponga una solución "para que no vuelva a suceder".

Pinto fue operado el domingo de una luxación del tobillo derecho y de una fractura en el peroné. Le han colocado una placa con siete tornillos y estará cuatro meses de baja, aunque el central se muestra contento y confía en tener un pronta recuperación para estar con sus compañeros. "Parecía que la cosa era peor pero cuando abrieron el tobillo estaba mejor de lo que pensaban", dijo, y que agradeció las múltiples muestras de cariño que recibió ayer en forma de llamadas telefónicas. "Es bonito que se acuerden de mí en los malos momentos; les mando un fuerte abrazo a todos", concluyó.