La carrera de Pau Gasol se encuentra en un cruce de caminos, del que es difícil adivinar la salida. Después de seis temporadas como estrella de los Grizzlies, el pívot catalán pretende un cambio de rumbo que le acerque a una franquicia que aspire al anillo de campeón. Así se lo hizo saber al propietario del equipo, Michael Heisley, en una reunión privada que trascendió y que le ha puesto a amplios sectores de Memphis en su contra.

Gasol ve pasar los días, esperando que se produzca la llamada de Jerry West, el presidente de los Grizzlies, anunciándole un acuerdo con otro equipo de la NBA. Pero sabe que esa llamada tiene una fecha límite: el 22 de febrero. El mercado de la liga se cierra ese día. Después, cualquier negociación deberá aplazarse hasta final de temporada.

Gasol intenta mantener una actitud profesional, quedándose al margen de los rumores y hablando solo en la cancha. Pero esa espera empieza a ser frustrante, porque no depende de él. Solo de su club. Y sabe que, si no llega, tendrá que apechugar con una situación personal cada vez más peliaguda: con los aficionados silbándole en los partidos en el FedEx Forum --en el partido del sábado lo despidieron con una sonora pitada, a pesar de sus 30 puntos-- y con los medios de Memphis atacándole abiertamente por su supuesta falta de compromiso, algo que a Gasol le duele especialmente.

"Ojalá se solucione el tema cuanto antes. No es una situación cómoda para él. Se le nota en la cara cuando lo ves jugar. Lo está pasando bastante mal. La gente le critica porque el equipo no funciona y lo fácil es cargar contra el jugador franquicia", explica su hermano Marc, jugador del Akasvayu Girona.

A la puerta de los Grizzlies no dejan de llamar equipos, como los Chicago Bulls o los Boston Celtics. Pero otras ofertas no han pasado de ser meros rumores, como en el caso de los actuales campeones Miami Heat, o se mantienen en un discreto segundo plano como reconocía esta semana el propio Gasol --"hay más ofertas, pero ni al equipo ni a mí nos interesa que se sepan, cuanto más tranquila la negociación, mejor"--, haciendo público lo que todo el mundo intuye: que su camino con Memphis toca a su fin y parece llegado el momento de la separación.

Contrato de 12 millones

Tanto los Bulls como los Heat colmarían los deseos de Pau. El jugador dejó claro en la conversación con el propietario de los Grizzlies su deseo de mejorar. Y estos dos equipos del Este parecen los mejor situados. Pero Jerry West está dispuesto a exprimir al máximo al comprador, en una jugada arriesgada de póker, que puede dejar a Gasol compuesto y sin novia.

Los traspasos en la NBA no tienen nada que ver con lo que ocurre en el deporte europeo, sobre todo porque los clubs deben respetar un límite salarial (53,1 millones esta temporada) que preserva el equilibrio de la competición. En lugar de pagar dinero, los equipos intercambian jugadores, intentando que se muevan en la misma masa salarial --con un margen por arriba y por abajo del 25%-- y se pueden incluir también alguna elección del draft y una mínima cantidad de dinero (3 millones de dólares).

Los Grizzlies tienen firmado un contrato con Gasol de 63 millones de dólares para los próximos cuatro años (casi 50 millones de euros). Esta temporada, su ficha es de 12 millones de dólares (9 millones de euros). Los clubs que pugnan saben que tendrán que respetar estas cifras si lo fichan y además que en la puja tendrán que incluir jugadores cuyos contratos se sitúen entre los 9 y los 15 millones de dólares.