Alberto Contador afronta el Tour desde hoy con el objetivo de intentar ganarlo por segunda vez y con la idea de no pensar en el futuro. El ciclista madrileño parte como teórico jefe de filas del Astana, aunque conocedor de que Lance Armstrong, en su retorno a la carrera que ha ganado siete veces, también quiere optar a la victoria.

La convivencia en la escuadra kazaja se presume cuanto menos complicada. El Astana fue el equipo más madrugador a la hora de viajar a Francia, puesto que entre el martes por la tarde y el miércoles por la mañana ensayaron cuatro veces la contrarreloj por equipos de Montpellier, que se disputa el martes.

Las quinielas se inclinan a favor de Contador, de 26 años, perteneciente al selecto club de los cinco ganadores de Tour, Giro y Vuelta. Un dato que, no obstante, no le permite salir de manera indiscutible con los galones del Astana. La razón: la presencia en sus filas del estadounidense Lance Armstrong, que vuelve a la Grande boucle tras una jubilación de tres años, pero con la historia a su favor por los siete títulos que figuran en su palmarés.

Mientras transcurre el debate sobre la cohabitación en la casa del equipo kazako, surge del modesto anonimato la figura tranquila y confiada de Carlos Sastre, de 34 años, vencedor en el 2008, partidario de que se hable de él "por lo que haga en la carretera y no por lo que diga".

PROLOGO EN MONACO Paradoja de un Tour que por primera vez en la historia saldrá del Principado de Mónaco, en cuyas calles laberínticas y empinadas, diseñadas entre la montaña y el mar se conocerá al primer líder tras la contrarreloj inaugural de 15 kilómetros. Será un punto de partida muy chic , glamuroso, para un recorrido accidentado de 3.459 kilómetros repartidos en 21 etapas que deberán afrontar los 180 corredores de 20 equipos, entre ellos los españoles del Caisse D´Epargne y Euskaltel.

Contador aporta juventud y palmarés reciente; por su parte, Armstrong un inigualable pasado de gloria en el Tour, pero su rendimiento es toda una incógnita, de ahí que tendrá que hablar la carretera para poner a cada uno en su papel.

El ciclista de Pinto ha preparado a conciencia "la mejor carrera del mundo", pero solo se considera "uno de los candidatos". Prefiere sacudirse la presión. Ha progresado en la montaña y se acaba de proclamar campeón de España contrarreloj. Su objetivo es recuperar en los Campos Elíseos el maillot amarillo que se enfundó en el 2007 y que no pudo discutir en el 2008.

Carlos Sastre llega por primera vez como líder absoluto de un equipo diseñado a su medida, el Cervélo. Ha ganado en experiencia y su cuarto puesto en el Giro con dos triunfos de etapa le han destapado como un ciclista ambicioso, atacante y ganador, faceta que descubrió el año pasado en el Alpe D´Huez, cuando se vistió de amarillo. Desde la moderación se remite al día a día, pero avisa de que "soñar es bonito" y que para favorito, él.

La jerarquía del Tour abarca más nombres. El ruso Denis Menchov (Rabobank), ganador de dos Vueltas y del Giro, tiene a tiro su primer Tour, siempre y cuando confirme su progresión. Ha preparado en el circuito de Zolder las cronometradas y supervisado las etapas de Pirineos y Alpes. Puede ser el enemigo número uno de Contador.

El australiano Cadel Evans (Silence) cuenta con el aval de la regularidad. Ha sido segundo en el 2007 y el 2008, pero aún no se le conocen virtudes que marquen diferencias. En buena lógica debe luchar por el podio. Además, y dentro de la "vieja" guardia, cuentan con opciones de pelearse entre los mejores el estadounidense Levi Leipheimer y el alemán Andreas Kloden, también con dos podios en el Tour. Ambos son compañeros de Contador en las filas del Astana. Bruyneel no lo va a tener fácil con tantos gallos en el gallinero.