Cuando en la temporada 2006-07, los Cleveland Cavaliers llegaron a su primera y hasta ahora única final de la NBA y cayeron con estrépito ante los San Antonio Spurs por 4-0, Lebron James lanzó un mensaje claro a los propietarios de la franquicia: mejoren el equipo, para convertirlo en un aspirante al título, o me replantearé mi continuidad. Pero el tiempo se les echa encima. Lebron James será un agente libre el próximo verano. Así que es ahora o nunca.

Danny Ferry, el mánager general de los Cavaliers, lleva tiempo dándole vueltas a una plantilla, que ha disputado dos finales más de conferencia, pero no acaba de dar el último paso. Así que los responsables de Cleveland han decidido jugárselo todo a una carta esta temporada con la llegada de Shaquille O´Neal, una fuerza dominante dentro de la zona, a pesar de sus 37 años y las 17 temporadas que cuelgan en su hoja de servicios. O´Neal puede darle la solidez interior a los Cavaliers que le faltó en la última final de la Conferencia Este frente a Dwight Howard y los Orlando Magic.

La llegada de secundarios de primera línea como Anthony Parker, Leon Powe y Jamario Moon, le darán al equipo de Cleveland también la profundidad de banquillo que se espera de un firme contendiente al título.

Presupuesto millonario

"El objetivo ya no es solo entrar en los play-off, sino ser un contendiente por el campeonato", admite Dan Gilbert, el dueño del equipo, un empresario constructor y propietario de casinos, que no ha tenido reparos en superar con creces los 71 millones de dólares que establece la NBA como límite de lujo, lo que le obliga a pagar un millón de impuestos por cada millón pagado de más, para cerrar un presupuesto en torno a los 90 millones, toda una locura, por mucho que 20 millones vayan para O´Neal y 15 sean la ficha pactada de Lebron.

"Tenemos grandes esperanzas, ojalá podamos estar en la lucha por el campeonato, pero necesitaremos un tiempo para ir acoplándonos a los sistemas", reconoce Lebron, consciente de que la experiencia de Shaquille y también su presencia intimidatoria en la zona supone un plus para los Cavaliers.

Esa nueva sociedad en Cleveland, sin embargo, genera algunas dudas. Lo primero que se plantean algunos especialistas es si acabará de funcionar la química entre las dos estrellas.