Por aquí se pisa tierra santa futbolística. Por aquí pisó y pasó con clase infinita Juan Gómez, 'Juanito'. Un dios futbolístico. Un genio. Un figura. No es un territorio cualquiera, pues. De aquello hace mucho (los gloriosos 90) pero, cual media vuelta, cual escorzo de esos que tanto gustaban al artista de Fuengirola, en la plaza de España de Mérida, en toda Mérida, repican campanas de resurrección.

¿Qué ocurre, qué pasa? Algo grande, muy grande, aseguran por aquí. "El fútbol ha vuelto, en serio, y además con gente que sabe lo que se hace", se escucha junto a uno de los quioscos-terrazas del centro neurálgico de la capital extremeña, allí donde todo se comenta y todo se juzga. Dato milimétricamente contrastado tras varias horas de recorrido por la ciudad: contra casi todos los pronósticos agoreros, la ilusión se ha vuelto a apoderar del aficionado local al deporte más mayoritario.

Nombres, nombres

Son las once de la mañana y, con la mirada despistada, pero feliz, oteando el horizonte, como en sus lanzamientos milimétricos de falta, ahí está, en el oeste de la plaza Santi Amaro, uno de los fichajes con los que el club romano ha contado para relanzarse en el espectro futbolístico extremeño y, también, por qué no, el español.

Con él está Txema San Félix, puede que otro tipo imprescindible en el pequeño-gran engranaje del Mérida AD. Su misión: prensa, pero muchas más cosas también. El blog que realiza, 'despiertanlosromanos.com', ya lo dice todo. Aquí todos están en todo. El es importante. Todos son claves, del primero al último, como el popular Felipe Tarriño. El utillero, 30 años en el Mérida. Tiene para contar la intemerata. Como también Miguel Angel Redondo, el director general, en las oficinas del estadio Romano, al pie del cañón, para que nada falle ni se escape.

Llega a la plaza Jorge Troiteiro, otro de los estandartes. Su enjuta figura, su finura futbolística al servicio de una causa. El amigo del mismísimo Iniesta es uno más también. Una causa común en la que todos están involucrados al máximo. Se respira un aire futbolístico de primer nivel. No es de Primera División. Es de Tercera, pero fluye, es intenso.

Y en el Romano, ese mítico escenario de la máxima categoría donde han impartido clases magistrales doctores como Figo, Rivaldo o Ronaldo, cada dos fines de semana hay fiesta.

"Dos horas antes, aquí hay ya un gran ambiente", dice Miguel Nevado, 'Míchel', padre del futbolista Alvaro y a su vez colaborador de la cantera pero, sobre todo, aficionado al fútbol de Mérida desde su particular escaparate de su bar, el que fundó su padre, y que está ligado a la historia de todos los Mérida que han ido desfilando por la historia.

"La calle ha vuelto al fútbol", dice gráficamente el entusiasta concejal de Deportes, Juan Carlos Perdigón. Orgulloso, habla y no para sobre el momento que se vive. "No esperábamos tanto, claro. De 400 personas hemos pasado a más de 3.000. Esto se ha llenado de ilusión y la gente se ha volcado". ¿La causa? "La directiva creyó en las posibilidades del club, se han cumplido las promesas", agrega.

Proyecto serio

"El del Mérida es un proyecto serio, que está cumpliendo todas las expectativas que se habían creado, pero en realidad más de lo que esperábamos", dice Amaro. El excentrocampista del Cacereño ha vuelto a casa, donde jugó hasta los 20 años. Está aquí con 32, todo él feliz.

Caso similar al de Troiteiro, el futbolista que degustó los honores de La Masía y que ha preferido retornar a su casa antes que seguir en un equipo con aspiraciones europeas en Chipre. Troi , tan tímido él, está entusiasmado con todo lo que está ocurriendo, que tampoco esperaba, "ni mucho menos", asegura.

Los dos futbolistas, subidos en uno de los fondos del impresionante coliseo emeritense, observan, respetuosos, la llegada del entrenador, Bernardo Plaza, sin duda el más analítico y el que más hamamado los distintos ambientes --incluido el de la depresión futbolística más absoluta-- que se han ido sucediendo durante los últimos 20 años. "Hay que disfrutar del momento que estamos viviendo, no pensamos en la presión. Bendita presión", dice cuando se le cuestiona sobre las obligaciones del Mérida como gallito .

"La afición de Mérida ha sufrido mucho", se coincide en el juicio mientras se ve cómo se limpia el estadio desde uno de los fondos. Aunque ellos no quieren, cada vez que se habla de claves salen a relucir dos nombres: el de Daniel Martín, el presidente, y su primo, Pepe Martín.

Desde el Grupo Abeto son ellos los cabezas visibles del proyecto. Ni una palabra que alimente la duda. Ni una sola. Respeto absoluto a los que han procurado la revolución desde las redes sociales, las campañas y el respeto a la afición. ¿Cuál será el final del camino? El objetivo es el ascenso, pero no será fácil. El fútbol es caprichoso y da vueltas. Pero la semilla está sembrada. Y no precisamente de dudas.