Apenas poco tiempo después de ascender con el Cádiz a Primera División y cuajar una temporada de ensueño en el club gaditano, Enrique Ortiz consigue otro ascenso, pero esta vez a nivel personal, que no es otro que contraer matrimonio con una joven cacereña, Rosa.

El último icono del fútbol extremeño que militará la próxima campaña en la categoría más alta del fútbol español contrajo matrimonio ayer en Cáceres en la parroquia San José. La novia no hizo esperar al de Azuaga en la puerta de la iglesia --como es costumbre en estos actos. En un ambiente íntimo y entrañable y bajo un sol abrasador, además de los familiares de ambas partes se dieron cita muchos antiguos compañeros del jugador en su etapa verde. Este grupo lo conformaba lo más representativo del ascenso del 2002 a Segunda B, con jugadores como Jurado, Cobos, Eneko o Emilio, en cuanto a jugadores, mientras que por el cuerpo técnico asistieron a la ceremonia Angel Marcos y Vicente Parra. También hubo acento gaditano en la fiesta.

Enrique se casó en la ciudad que fue su casa durante tres años en los cuales hizo las veces de buque insignia del conjunto verde y que le sirvió para que el club de la tacita de plata llamara a su puerta.

Ascensos y descensos

La carrera deportiva de un jugador está llena de ascensos y descensos, tanto en el plano deportivo como en el ámbito personal y en este caso al extremo del Cádiz se le acumulan los ascensos, las celebraciones y las alegrías, que hacen olvidar sus momentos más difíciles. El ascenso de Xerez queda en un segundo plano comparado con el partido que disputó ayer en la iglesia. Después de la ceremonia se lo pasaron en grande en la cena en el Restaurante Alvarez.