Tal y como se presumía, Enrique Floriano no falló. El nadador pacense sumó ayer su primer título mundial de los campeonatos mundiales de discapacitados que se celebran en la ciudad argentina de Mar del Plata.

Fue en los 400 metros libres (categoría S12), aunque merced a la absurda regla del comité paralímpico internacional, que exige que además de ganar hay que hacer un tiempo mínimo para obtener la medalla, no se le concedió el metal de oro al no alcanzar esa mínima. Se da la circunstancia de que Floriano no se empleó a fondo, al tener que nadar posteriormente la prueba de 100 metros espalda, prueba en la que la victoria estaba más comprometida. El tiempo fue de 4.35.27 y se exigía 4.33.00.

Con anterioridad a la prueba de 100 metros espalda, se produjo una avería en el marcador electrónico, que retrasó la cita más de dos horas y obligó a realizar el cronometraje de forma manual.

DESORGANIZACION

En la salida de los 100 metros espalda no funcionó el micrófono del juez de salida, dándose ésta precipitadamente y por sorpresa, lo que despistó a varios nadadores, entre ellos el propio Floriano, lo que hizo que tuviera que emplearse más de lo previsto para recuperar el tiempo perdido.

A pesar de ello, fruto de la mala organización que está caracterizando al evento, el nadador extremeño logró recuperar parte del terreno perdido y, aunque no pudo pelear por el oro, como hubiera sido su deseo, sí pudo alcanzar en última instancia el bronce por tan solo una centésima de segundo sobre el cuarto clasificado, aunque como es lógico en una llegada tan apretada tomada de forma manual, la delegación polaca ha recurrido la decisión arbitral, por lo que si progresa el recurso, Floriano podría verse desplazado finalmente al cuarto lugar.