A Enrique Ortiz no le puede el vértigo de verse titular en Primera División. En un nuevo giro de tuerca en su carrera, el futbolista de Azuaga, traspasado por el Cacereño al Cádiz hace 18 meses, se perfila como poseedor de la banda derecha del estadio Ramón de Carranza. Su importante papel en el clásico torneo del mismo nombre le avala, aunque él sigue tomándoselo sin presión.

Con su tradicional fe en sí mismo, en su historia construida muchas veces en campos de tierra, Enrique chutó desde 30 metros en la semifinal ante el Sporting de Braga y, tras dar en un contrario, el balón entró en la portería. Resultado final: 1-0 y pase a la final.

Ayer su entrenador, Víctor Espárrago, también le incluyó en el equipo inicial ante el Barcelona, su equipo favorito. Uno de los motivos por los que casi siempre ha llevado el 8 es por su admiración por Hristo Stoichkov. Pero eso no le arredró y un centro suyo desde la derecha fue rematado de cabeza por Oli en el 1-0 (min. 40).

Después llegaron Eto´o (min. 52) y Ronaldinho (mins. 76 y 88) para darle la vuelta al marcador y el Ramón de Carranza al campeón de Liga, pero el fútbol español ya empieza a conocer a otro extremeño que se une a los David Cortés, Ito, Perera, César Sánchez... que forman la colonia regional en la Liga de las Estrellas .

El pasado jueves, Enrique era entrevistado a nivel nacional en El Larguero de la Ser. Recordó con cariño su época en Cáceres y en el Cacereño, en el que jugaba en Tercera hace apenas cuatro años, y se mostró ambicioso de cara al futuro. Conociéndole, no puede ser de otra manera. Su juego ha conquistado por completo a la afición gaditana, con la que se profesa admiración mutua.