Cada vez que escucho declaraciones de Manuel Mosquera tengo que reconocer que me seduce. El técnico gallego del Extremadura es de esos tipos que hablan desde el corazón, el mismo que utilizaba cuando era futbolista, y muy bueno por cierto.

Por eso también veo que en Almendralejo no se han encendido las alarmas y que su puesto no peligra, pese a la mala racha, que ha situado e los azulgranas en puestos de descenso desde hace un par de jornadas. Sus propios jugadores hacen una defensa a ultranza del trabajo que está desarrollando su jefe, y eso es buena señal. Recordó la pasada semana Kike Márquez que fue precisamente Manuel quien lideró la gran segunda vuelta que significó la permanencia en Segunda.

Un caso especial, justo por lo bueno de los resultados, está resultando ser también el de Juan García, técnico del Don Benito. Escucho a mi amigo Francisco José Pacheco (Canal Extremadura Radio) exaltando sus virtudes en el sentido de que su equipo tiene un estilo propio basado en el descaro. «Sabes que te vas a divertir», viene a decir. Y, además, gana el cuadro calabazón, situado en la zona media alta de la tabla, pese a la modestia de su proyecto. También es muy reconocible Mehdi Nafti (Badajoz), un entrenador que habla con extraordinaria personalidad y diciendo todo muy clarito.

Me gusta también cómo están gestionando su triunfal temporada Cisqui (Aceuchal) y Maxi Ovejero (Trujillo) en Tercera División. Sin ruido y con trabajo como principal, ambos están situando a sus equipos en la vanguardia de la clasificación. Se esperaba que ahí estuvieran el Coria de Rai (mucho mérito el de éste), el Villanovense de Pepe Masegosa o el Cacereño de Julio Cobos, pero tampoco hay que olvidar el descaro de Antonio Jesús Cobos (Azuaga) o Miguel Ángel Ávila (Arroyo).