Los jugadores del Barcelona se mostraron muy felices tras ganar, pese a lo cual se mostraron cautos a la hora de valorar sus posibilidades de finalizar la Liga en una posición superior a la tercera que ocupan actualmente. Mientras tanto, en la capital catalana la euforia se desataba y unas 1.500 personas celebraban anoche el triunfo en las Ramblas. Después, muchos de ellos se trasladaron al aeropuerto de El Prat para recibir a los jugadores.

"Va a ser una gran noche para todos los culés", aseguró Luis Enrique, quien agregó: "controlamos bien en líneas generales, en la primera parte hubo un par de momentos de incertidumbre con sus ocasiones. En ningún caso hemos salido conservadores, porque si lo haces aquí no ganas", señaló el asturiano.

El meta Víctor Valdés --en la imagen-- manifestó que "hay que ir paso a paso, con precaución, como hasta ahora, planteando cada partido como una final" y añadió que sabían que "aquí había que aprovechar las ocasiones que se iban a tener".

Rijkaard declaró a la conclusión que su rival jugó muy bien a pesar de la derrota, pero que sus jugadores, pese a ir por debajo en el marcador, supieron reaccionar para llevarse los tres puntos. Mientras, Carlos Queiroz resumió afirmando que con la expulsión de Figo todo se complicó para su equipo.