Barcelona: Valdés, Zambrotta, Puyol, Márquez, Van Bronckhorst, Edmilson (Iniesta, min.46), Xavi, Deco, Messi (Saviola, min.85), Ronaldinho y Eto´o.

Valencia: Cañizares, Miguel, Ayala, Albiol (David Navarro, min.75), Moretti, Albelda (Hugo Viana, min.90), Edu, Joaquín, Silva, Vicente y Villa (Angulo, min.78).

Goles: 0-1, min.17: Villa. 1-1, min.49: Iniesta.

Arbitro: Daudén Ibáñez (Colegio aragonés). Mostró la cartulina amarilla a Albelda (m.20), Márquez (m.33), Moretti (m.38) y Joaquín (m.90+).

Incidencias: Partido de la cuarta jornada de Primera División, disputado en el Camp Nou ante 83.331 aficionados. Se guardó un minuto de silencio por la esposa del vicepresidente Ferran Soriano, fallecida esta semana.

El Barcelona y el Valencia protagonizaron un partido que respondió a las expectativas y del que ambos salieron satisfechos por el juego desplegado, así como por el liderato obtenido en el caso de los primeros y por el punto logrado en el de los segundos, que suman por sexta vez consecutiva en el Camp Nou.

En el primer tiempo, el planteamiento táctico del Valencia, no por esperado, dejó de ser perfecto, con una fuerte presión en el centro del campo que asfixió por completo la construcción del Barcelona. El equipo de Rijkaard, por contra, se puso en manos de las genialidades de su ataque, que se quedaron en una combinación entre Eto´o y Messi en el minuto once, desperdiciada porque el argentino se perdió entre caracoleos en el área.

MARCA VILLA La respuesta valencianista, seis minutos después, fue fulminante, con una triangulación inmaculada, culminada con pase a banda para Miguel y posterior servicio al segundo palo, donde el más rápido, Villa, repetía tanto como había hecho en sus cuatro anteriores visitas al Camp Nou.

La clave del gol y de buena parte de las ocasiones del Valencia en esta primera parte fue la autopista que se encontró Miguel, sin marcaje alguno de Ronaldinho y con Van Bronckhorst centrado en mantener controlado a Joaquín.

La única vía que el Valencia dejó abierta era la de las acciones a balón parado, pero Cañizares supo taparlas como hizo en el minuto 28, cuando despejó con una gran intervención un lanzamiento de falta de Ronaldinho.

El Barcelona tenía que reaccionar y todo apuntaba a que la revolución se tenía que producir en la medular, asfixiada por el corsé de Quique Sánchez Flores.

El campeón de Liga y Europa tenía que demostrar que, tal y como dice todo el mundo, tiene recursos de garantías en el banquillo y lo hizo dando entrada a Andrés Iniesta.

INIESTA, CLAVE Iniesta tardó cuatro minutos no sólo en darle otro aire al centro del campo, sino en equilibrar el marcador tras una serie de recortes de Ronaldinho por la izquierda y balón a Eto´o en el interior del área para que el camerunés se lo dejase de cabeza al manchego, cuya internada se convirtió en disparo a bocajarro, aunque no exento de colocación, que superó a Cañizares.

El Barcelona era otro en la segunda mitad y también el Valencia, que no tapaba una fuga cuando se le abría otra vía de agua, ahora con los azulgrana aleccionados de que debían abrir el campo y aumentar la velocidad de circulación de su juego.

Sin robos de balón, además, los contraataques valencianistas desaparecieron y tanto cambiaron las cosas que, tras el descanso, eran los delanteros barcelonistas, apoyados por la segunda línea, los que apretaban a los encargados de la construcción valencianista.

ENCERRADOS Quique Sánchez Flores llegó a ver a sus jugadores encerrados en el área y, a poco menos de un cuarto de hora para el final, sentó a Villa y dio entrada a Angulo en lo que parecía un guiño a favor de mantener el resultado.

A cinco minutos de la conclusión, Frank Rijkaard no tenía más remedio que apelar a un arma que sorprendiese a un rival que había estudiado todas las variables hacia las que podía derivar el partido.

Rijkaard la encontró en la figura de Javier Saviola, fuera de sus planes desde el verano pero en cuyas manos se puso para romper con la racha de cinco temporadas del Valencia puntuando en el Camp Nou.

El argentino, que sustituyó a su compatriota Leo Messi, demostró que necesitaba reivindicarse, tal y como pensaba su entrenador, y tuvo el gol en sus botas en un remate que le leyó Cañizares.

Ese no fue el último susto, porque el Valencia tuvo que sufrir hasta el final, con disparo de falta de Ronaldinho en el tiempo añadido, para llevarse uno de los puntos más apreciados de la Liga, tras el que el Barcelona se sitúa líder por su mejor diferencia de goles.