Son más de las tres de la madrugada del domingo 13 de enero. Estoy en la habitación 32.010 de la modesta Residencia Martí-Codolar, nuestro cuartel general cuando viajamos a Barcelona. Acabo de terminar la reunión con el equipo. Me siento fuerte en la decepción, hemos perdido la semifinal de la Copa Princesa y no podremos seguir haciendo historia. Un cúmulo de imponderables y una decisión arbitral desafortunada cerró un partido igualadísimo, luchado a cara de perro por dos escuadras que tenían sus ilusiones en la final de la Copa Princesa que se disputará dentro de unas horas.

Tras más de dos horas de juego, en las que tuvimos que superar el infortunio de la conmoción cerebral de Flavia por un golpe en la cabeza con el suelo en el último punto del tercer set y lesión de nuestra colocadora principal, María Larrakoetxea , al inicio del cuarto set, con un esguince de tobillo, anulando así nuestro principal arma de ataque, pues la brasileña Helen tuvo que pasar a dirigir el juego, hemos llegado hasta los límites, con una sensacional actuación de Yohana , Gala , Loli , Bea , Tamara y Nena , al punto final del encuentro. No fue fácil ajustar el juego ante tantos cambios y menos poder superar el ver a tu directora de juego en el banquillo llorando de dolor, con el tobillo hinchado y el pie en alto, emocionada porque sabía que nuestro sueño se diluía en esta situación. Y mientras Flavia jugando en cancha, casi grogui . ¡Espectacular! El público catalán ante esta situación y agradeciendo el esfuerzo brutal del conjunto, nos espoleaba desde la grada.

El EQUIPO, en letras mayúsculas, trabajó muy bien, superó las adversidades y dio la cara hasta que nos dejaron. Tras ganar 2-1, perdimos el cuarto por 23-25. Y en el 5º- ¡ay, madre, qué tensión! Después de mucho esfuerzo llegamos al 12-14 en contra. Dos bolas de partido para Alcobendas. Con Yohana en el saque conseguimos 13-14. Tiempo muerto de Alcobendas. Tras este lapsus teórico, conseguimos empatar el encuentro a 14. En el siguiente saque un ataque fintado de la rival Esther Rodríguez , nuestro verdugo por su gran partido, pone a Alcobendas por delante 14-15. Una recepción descontralada de Gala es llevada al campo por Yohana y pasada a Alcobendas por Bea, nos jugamos el punto con el trabajo de red de Gala, la juvenil Nena y con Flavia. Alcobendas decide un ataque en 'corto' por el centro de la red con Leticia Leira . Suben al bloqueo Nena y Fla y la rival tira el balón fuera por el fondo del lateral derecho del campo, el árbitro señala balón para nuestro equipo, los líneas levantan sus banderas señalando balón fuera y nuestra alegría por empatar es indescriptible. En el vídeo luego constato que la segundo árbitro también señala con el brazo a nuestro campo y pasa al campo contrario para seguir nuestro siguiente saque, las jugadoras contrarias se dirigen a su posición de recepción- pero incomprensiblemente el primer árbitro cambia su decisión y señala toque de bloqueo nuestro, ante el estupor de todo el equipo y la alegría de Alcobendas. Han ganado el encuentro.

Con la cabeza bien alta

Tras unos minutos que parecen interminables conseguimos llegar al saludo final. En la decepción veo a mis jugadoras felicitar al contrario con la cabeza bien alta pero con los ojos llenos de lágrimas.

En la cancha, mientras doy las gracias una por una a mis emocionadas jugadoras, me rompo interiormente al ver la cara de mi hija y la abrazo intensamente. Más relajado me abrazo a Teodoro , mi delegado, y luego a Nina , nuestra fotógrafo en cancha. En la grada, público neutral ajeno a la dinámica del equipo increpa a los árbitros y sigue aplaudiendo a nuestras chicas. Y ante tanta tensión, quince minutos después de finalizar el encuentro se produce el hecho de deportista total, una Flavia Lima calmada vuelve a la cancha y una por una abraza a las jugadoras de Alcobendas y a su entrenador, las felicita por la victoria y les pide perdón por no haberlo hecho antes y después- se dirige a la mesa donde están los árbitros finalizando el acta y les pide perdón por su actitud final producto de la tensión. Nuestras jugadoras abrazadas a ella se retiran de la cancha a vestuarios.

Se nota la decepción

Son las 10 de la noche, hay que cenar, pero... Flavia se queja de la cabeza, parece estar ida y hay que ver el tobillo de María. El presidente de Alcobendas se ofrece para llevarlas en su coche al hospital; finalmente es el presidente del Vall D'Hebrón quien las acerca. Javi Chacón las acompaña: es su ángel de la guarda. El hombre que ha conseguido la unidad de todo el vestuario, el que las está enseñando a llevar los valores del deporte a sus vidas: su maestro en relaciones.

A la una y media un whatsapp de Javi confirma que Flavia está bien y que esperan por María. A las dos y cuarto llegan a la residencia donde nos alojamos. Mientras cenan, de unos tupper que nos han preparado en el restaurante para ellas, se improvisa una reunión técnica. Hablamos del final pero también del partido. Hay buen humor, la indignación ya pasó. Pero se nota decepción. Sabemos que nos hemos hecho más fuertes- Hemos cambiado todo por las circunstancias y hemos estado a punto, excepto por un detalle arbitral.

Se sienten fuertes con los mensajes de apoyo que continuamente llegan a sus móviles, los comentamos: saben toda la carga que tenían detrás.

Gracias por hacernos vivir este momento. No pudo ser, pero prometemos volverlo a intentar. Este equipo es así, pura raza.