ESPAÑA (18+13+20+25): Calderón (15), Navarro (13), Jiménez (11), Gasol (14), Garbajosa (8) -cinco inicial-, Comas (3), Reyes (10), Fernández ( -) y De la Fuente (2).

SERBIA Y MONTENEGRO (14+17+21+16): Vujanic (10), Bodiroga (14), Radmanovic (10), Krstic (3), Tomasevic (9) -cinco inicial-, Rakocevic (6), Avdalovic (3), Popovic (-), Pavlovic (-), Dronjak (13).

ARBITROS: Reyes (MEX) y Santos (BRA). Excluyeron por personales a Jiménez (m.37), Drobnjak (m.35), Tomasevic (m.40) y Radmanovic (m.40).

INCIDENCIAS: Cuarta jornada.

La selección de baloncesto marcha de forma imparable hacia los cuartos de final de los Juegos, apartando rivales de su camino con una solvencia pasmosa. Ayer el damnificado fue Serbia, el actual subcampeón mundial (76-68). "Hemos defendido de forma extraordinaria, para mí esa ha sido la clave de la victoria: la defensa", argumentó el técnico español Mario Pesquera.

Lo que se intuía en la fase de preparación, es una esperanzadora realidad: España ha conjuntado un equipo de pies a cabeza, ambicioso, fuerte en defensa, resolutivo, con una fe inquebrantable. Son 11 victorias en 11 partidos, desde que Pesquera llegó al banquillo.

PERDER LOS NERVIOS Las dos primeras victorias frente a los serbios fueron de aviso. Llegaron en partidos de preparación. La de ayer, en el Helliniko Complex, frente a más de 10.000 personas, sí que fue dolorosa, porque era de las que cuenta y pone al equipo de Obradovic al borde de la eliminación. Por la trascendencia del resultado, se entiende que los serbios protestaran todas las faltas, que pegaran más de la cuenta, que intentaran sacar de quicio a los españoles. Nunca tuvieron el partido de cara. Su máxima ventaja fue de tres puntos. Serbia necesitaba echar mano de todos los recursos a su alcance para asegurarse el triunfo. Pero la apuesta, igualmente, les salió mal. Incluso perdieron las formas. Lógico, para una selección que siempre ha vivido instalada en la gloria.

"Ya nos conocemos", apuntó Carlos Jiménez. "Ellos se jugaban mucho y han intentado llevar el partido por un camino que no nos interesaba. Hemos caído en alguna provocación, pero supimos mantenernos tranquilos", dijo el jugador del Estudiantes, en referencia a los roces de Tomasevic y Drobnjak con Gasol, Calderón y Garbajosa, casi todas en acciones muy poco deportivas de los serbios. "Lo siento", se disculpó Obradovic.

España, en cambio, no perdió la compostura. En ningún momento torció el gesto. Aferrado a todas esas virtudes que lo mantienen invicto en el torneo construyó un triunfo, que la recarga de confianza. No hizo falta el mejor Gasol, ni tampoco el mejor Navarro, los dos grandes referentes ofensivos del equipo, para ganar. En su lugar aparecieron Calderón, espléndido en la dirección, en su derroche físico, y Carlos Jiménez para darle fuerza al equipo.