El Mirandés es un recién ascendido a Segunda, pero para nada un equipo nuevo en la categoría. El cuadro burgalés ha estado muchos años en división de plata y sabe manejarse bien en situaciones bajas de la clasificación. El equipo rojillo lo tiene claro: Anduva es su templo. Es en casa donde quiere fraguar los puntos que le den la permanencia. De momento, un dato: sólo el Cádiz ha ganado este año en Miranda de Ebro. Y fue de penalti en el último minuto.

Fuera de casa, el Mirandes pierde enteros y por eso los burgaleses juegan en casa finales. Iraola quiere limpiar la pobre imagen que el Mirandés dio en su último partido en Elche, donde perdió por 4-2. En ese partido, le pitaron tres penaltis en contra, circunstancia que también quieren atajar.

De hecho, en Miranda de Ebro están muy molestos con los arbitrajes, circunstancia parecia a su rival de hoy, el Extremadura. Le han pitado ocho penaltis en contra en lo que va de liga, el que más hasta la fecha.

En el apartado físico, el Mirandés tendrá hasta última hora la duda de su máximo goleador, Marcos André, que ya se perdió el último partido liguero por unas molestias musculares. El punta ha estado toda la semana entre algodones e Iraola decidirá hoy si alinearlo o no en función de las sensaciones.

Dentro del plantel rojillo destacan por encima del resto dos jugadores. Por un lado, Álvaro Rey, ex del Badajoz hace varias temporadas. Ha roto en la categoría a base de goles y buen fútbol y es un jugador diferencial en su equipo. El otro es Merquelanz, un habilidoso mediapunta que está cedido por la Real Sociedad.

En Miranda de Ebro no hay ánimos de revancha y sí sólo de tres puntos, todo eso a pesar de que aún quedan jugadores como Limones o Kijera del partido de hace año y medio.