Los miembros del llamado G-30, los clubes más modestos de la primera y segunda divisiones españolas, han acordado por unanimidad paralizar el comienzo de la Liga de Fútbol Profesional y reunirse el lunes para seguir manteniendo conversaciones hasta alcanzar un contrato satisfactorio para ceder sus derechos televisivos El llamado G-30, el grupo formado por los 22 clubes de Segunda División y ocho de Primera (Albacete, Celta, Málaga, Mallorca, Osasuna, Racing, Valladolid y Zaragoza) quieren que se vuelva a renegociar los derechos de los partidos televisados y de los que más se benefician son los grandes equipos. El Consejo Superior de Deportes (CSD) tiene la última palabra, ya que el próximo 30 y 31 de agosto debe comenzar el campeonato de Liga. La asamblea celebrada había sido impugnada por el G-12, un grupo que aúna los esfuerzos de los clubes más poderosos.Los equipos del G-30 están a la espera de que Sogecable mejore su oferta de 84 millones de euros a repartir entre todos ellos. En su momento, el G-30 llegó a un acuerdo con Phedra Sport, que les pagaría 104 millones por la exclusividad. Sin embargo, esta empresa no pudo presentar los avales prometidos para el 31 de julio y todo quedó en agua de borrajas. La diferencia entre una y otra oferta es de nueve millones de euros, por lo que la solución del conflicto no parece que sea tan complicada.