El nuevo técnico del Chelsea, el holandés Guus Hiddink, arrancó ayer la nueva era del club con una importantísima victoria a domicilio ante el Aston Villa (0-1) en una jornada desaprovechada por un Arsenal que continúa echando de menos a su capitán, el español Cesc Fábregas.

Gran parte de la atención en la Premier se concentró en el estadio de Villa Park. Allí, el que fuera hasta hace poco el equipo del brasileño Luiz Felipe Scolari, al que despachó el ruso Roman Abramovich, depositaba sus esperanzas en el nuevo míster, seleccionador de Rusia.

Y Hiddink no decepcionó. Estrenó su flamante cargo como entrenador con una victoria a domicilio, merecida, (0-1) ante el equipo del irlandés Martin O´Neill.

La victoria, firmada por el atacante francés Nicolas Anelka, fue crucial para el conjunto londinense que, por un lado, ganó un puesto en la general, tomando la tercera posición liguera en detrimento de su anfitrión. Y por otro daba esperanzas renovadas a la plantilla de Stamford Bridge y al exigente dueño de la entidad. El dominio del conjunto de Londres en campo extranjero fue indiscutible desde el primer minuto de partido.