El ciclista alemán Erik Zabel admitió hoy haber utilizado EPO por corto tiempo para el Tour de Francia de 1996 pero aseguró que había sido un experimento que interrumpió debido a los efectos secundarios."Había rumores, se creía que para poder seguir teniendo éxito había que doparse y mis resultados no eran buenos. Entonces decidí consumir EPO", explicó Zabel en una conferencia de prensa convocada por el equipo ciclístico de T-Mobile.

Zabel lamentó haber mentido durante mucho tiempo diciendo que nunca había consumido sustancias prohibidas y luego expresó, al borde las lágrimas, su deseo de que el ciclismo se limpie y que en el futuro se pueda tener éxito sin dopaje. "Mi hijo también monta en bicicleta y no quiero que en el futuro él piense que no se puede tener éxito sin dopaje", dijo Zabel.

No obstante, Zabel subrayó que la responsabilidad en su momento no fue sólo suya, sino que era algo que estaba en el ambiente de la época. "Si me dopé era porque se podía y porque estábamos convencidos de que nadie podía descubrirnos", añadió Zabel, varias veces ganador de la clasificación por puntos del Tour de Francia.

La confesión de Zabel se suma a la de otros ciclistas alemanes que han admitido el consumo de EPO. El último de ellos, inmediatamente antes de Zabel y en la misma conferencia de prensa en Bonn, fue Rolf Aldag -actualmente parte del equipo directivo de T-Mobile-, que admitió haber empezado a consumir EPO en 1994. Aldag, en su confesión, se comprometió a luchar por un deporte limpio y pidió disculpas por haber mentido durante años a la opinión pública. Además, ofreció su renuncia a T-Mobile pero los responsables se pronunciaron a favor de su continuidad.

Bob Stapleton, director de ciclismo de T-Mobile, dijo que Aldad era parte del pasado pero debía ser también parte del futuro y se mostró convencido de la credibilidad que tiene el ex ciclista para luchar por la limpieza del deporte.

El consorcio Telekom continuará su apoyo al ciclismo pese a que el director de comunicaciones, Christian Frommert, admitió que de momento se trata de algo que "no ayuda propiamente a la imagen". "Estábamos ante la disyuntiva de abandonar el ciclismo o asumir nuestra responsabilidad de cara al futuro", dijo Frommert.

Stapleton, por su parte, dijo que el tema del dopaje en el ciclismo se había limitado en los medios a casos espectaculares como los de Jan Ullrich o Ivan Basso pero que es mucho más profundo.