El escándalo del ‘dieselgate’ ha supuesto, también, la revolución, a peor, de los planes de futuro inmediato del departamento de competición del gigante alemán Volkswagen. No hace mucho se supo que Audi, poseedora de uno de los vehículos más impresionantes del Mundial de Resistencia, varias veces ganador de las 24 Horas de Le Mans, abandonará ese campeonato y ahora se ha confirmado que VW dejará, al finalizar el Rally de Australia (17-20 de noviembre), el Mundial de rallys, que, la próxima temporada, arrancará, el 20 de enero, con el mítico y popular Montecarlo, conCitroën, Hyundai, Toyota y Ford como marcas candidatas al título.

ADIOS CON CUATRO TÍTULOS

Frank Welsch, miembro del Consejo de Administración de VW, responsable del desarrollo técnico de la fábrica alemana y el directivo que, la pasada semana, viajó a Gales para recoger su cuarto título mundial de constructores consecutivo, acaba de declarar que “Volkswagen se enfrenta a nuevos retos y, de la mano de la ampliación de la electrificación en nuestra gama de vehículos, debemos centrar nuestros esfuerzos en las tecnologías de futuro”, en una clara alusión a los coches eléctricos, que, lógicamente, son la cara opuesta a la alta competición.

Todo parece indicar que VW suspenderá, de manera drástica, el programa deportivo en el Mundial, que había proyectado, de la mano de su equipo oficial, compuesto por el tetracampeón Sébastian Ogier, Jari Matti Latvala y Andreas Mikkelsen, hasta el 2019. Hay quien dice que Volkswagen no dejará en la cuneta a sus tres estrellas, que ya han empezado a buscarse la vida.

EL FUTURO DE OGIER

Ogier podría seguir compitiendo con el Polo WRC con un equipo privado aunque, últimamente, está ganando cuerpo la posibilidad de que regrese a Citroën, que regresa al Mundial con su poderoso C3 WRC con el que pretende recuperar el título y repetir los éxitos de cosechados con Loeb. Ogier abandonó la firma francesa, precisamente, por la competencia que vivía con Loeb. La posibilidad, ofrecida por el Federación Internacional de Automovilismo (FIA), de poder inscribir hasta tres coches por marca, permitiría a la firma francesa fichar a Ogier para darle un tercer coche y formar equipo con el inglés Kris Meeke y el francés Stéphane Lefebvre. Latvala, por su parte, estaría negociando con Toyota y Mikkelsen haría lo propio con Ford, es decir, con el equipo M-Sport.

VW y Ogier, que, en los últimos cuatro años, han recogido el testigo dejado por Citroën y Sébatian Loeb, acaparando las victorias y los títulos mundiales, podrían seguir, de contar con ese equipo ‘satélite’ privado, el desarrollo y homologación del nuevo Polo WRC. Todo parece indicar que la firma de Wolsburgo planea, además, construir sobre esa misma base y de cara al 2018, un vehículo de la futura categoría R5, para sus clientes, al estilo del competitivo Skoda Fabia, que tantos éxitos le ha proporcionado a su marca filial.