ESPAÑA: (18+15+19+18) Aguilar (9), Palau (2), Valdemoro (12), Pascua (4), Montañana (14) -cinco inicial-, Camps (5), Lima (5), Sánchez (9), Martínez (2), Morales (2), Herradas (2) y Zurro (4).

BIELORRUSIA: (15+15+15+9) Padabed (7), Volnaya (7), Veremeenko (9), Trafimaya (2), Kress (-) -cinco inicial-, Snytsina (3), Drozd (3), Hasper (-), Anufryenka (2), Leuchanka (5), Troina (10) y Marchanka (6).

ARBITROS: Vojinovic (SRB), Ciulin (RUM) y Mogulkoc (TUR). Sin eliminadas.

INCIDENCIAS: Encuentro correspondiente a las semifinales del Europeo 2007.

España es una potencia del baloncesto europeo y mundial, pero no sólo por sus jugadores, sino también por sus jugadoras, que ayer consiguieron clasificarse para la segunda final europea de su historia con una sobresaliente actuación ante el combinado de Bielorrusia a quien vencieron por un 54-70.

Y ahora, ante Rusia (19.30, La Sexta), el conjunto español pueden culminar tres bronces continentales consecutivos con una medalla de oro y un pasaporte directo para los Juegos Olímpicos de Pekín 2008.

El equipo de Evaristo Pérez ya había superado a las bielorrusas en la primera fase (62-76), pero la situación de las exsoviéticas era otra en una de las citas más importantes de la selección nacional, que en su única final europea, en la localidad italiana de Peruggia, en 1993, dirigida por Joaquín Brizuela, subió a lo más alto del podio.

Ahora puede lograrlo de nuevo. Las canchas disfrutan con los hombres que defienden el buen nombre de España en el concierto internacional. Pero el baloncesto no se acaba en nuestros brillantes campeones del mundo. También hay Liga Femenina y también hay selección femenina. Y los méritos de unos y de otros, los de todos, los del baloncesto español, son la envidia de este deporte.

AÑO PARA RECORDAR España va a jugase la corona de Europa por segunda vez en su historia. El rival es Rusia, una auténtica máquina, pero la plata ya está en el cuello de las chicas de Evaristo Pérez. Las cosas empezaron mal (7-0), aunque luego cambiaron de signo.

España defendió, demostró inteligencia, calidad individual, solidaridad colectiva y un gran compromiso, un gran corazón, un alto concepto de la idea de equipo. La misma fuerza que los hombres de José Vicente Hernández.

La enorme categoría de Amaya Valdemoro, el sacrificio defensivo, la altura como deportista de Ana Montañana, la entrega de lo personal en beneficio de lo colectivo y de lo colectivo en favor de la particular, han llevado a España a las puertas de su segunda medalla de oro europea. La plata está asegurada. Rusia es excelente. Aún así, esta selección, estas jugadoras y sus técnicos, pueden hacer saltar la banca. Nadie les puede discutir los méritos que han hecho para soñar con conquistar el cetro continental.