España completó ayer una actuación olímpica en la media de las últimas ediciones. No llegó al techo que alcanzó en los inolvidables Juegos de Barcelona de 1992, con 22 medallas (13 de ellas de oro), pero se mantuvo dignamente, aunque con más apuros de los esperados, al nivel de los de 1996 (Atlanta, 17 medallas, cinco oros) y el 2004 (Atenas, 19 preseas, 3 oros). El equipo conjugó éxitos esperados con sorpresas agradables y, también, fallos clamorosos de algunas de sus primeras espadas.

Los mismos metales,pero de más valor

La delegación española mejoró en general el valor de los metales, pues casi eliminó las medallas de bronce (tres) y primó las de mayor prestigio. Los cinco oros que obtuvo metió al equipo entre los 14 mejores, por detrás de la Jamaica de Usain Bolt y por delante de la Kenia del maratoniano Samuel Wanjiru, ganador de la última prueba atlética. Solo en el 92 España había estado netamente más arriba en la clasificación por medallas (fue sexta). En Atenas, pese a obtener 19 metales en total (una más que en Pekín), ocupó el 20º puesto porque solo tres eran de oro. Los cinco títulos logrados en los Juegos que se clausuraron ayer igualan los de Atlanta-96 (13 en el medallero, pero con un podio menos que ahora), mientras que las 10 platas rozan el récord de 11 de Atenas-2004.

España se nutrió en Pekín de dos deportes que aportaron medallas por primera vez (en total ya son 25). El bronce de José Luis Abajo en esgrima fue una agradable sorpresa; las dos platas de la sincronizada constituyeron una confirmación.

Basket, balonmanoy hockey aportan

Al contrario que hace cuatro años en Atenas, donde ningún deporte de equipo logró acceder al podio, en Pekín buena parte del éxito hay que atribuirlo al buen momento de los conjuntos. Solo el waterpolo y el baloncesto femenino (ambos quintos) se quedaron sin medallas. La selección liderada por Pau Gasol y, cada vez más, por un Rudy Fernández ya en su papel NBA, reeditó la final de Los Angeles-84 con una diferencia: ayer el basket español tuvo opciones reales de sorprender al dream team .

El baloncesto, campeón mundial hace dos años, sigue sin poder acceder al título olímpico, pese a acariciarlo. Lo mismo que el hockey sobre hierba, que jugó, sin suerte, su tercera final olímpica. Como en Moscú (1980, ante India) y Atlanta (1996, Holanda), sucumbió, esta vez ante Alemania, en un partido muy trabado. El balonmano logró ayer la decimoctava medalla española, y su tercer bronce olímpico, con una vibrante victoria sobre Croacia en la emotiva despedida de Barrufet.

Nadal ejemplifica al

´crack´ que no falla

Rafael Nadal salió de los Juegos con el número uno del mundo en su ranking y la confirmación de que se trata de uno de los pocos deportistas españoles que nunca se arruga. Llegó como uno de los líderes indiscutibles del equipo y se fue, efectivamente, como campeón olímpico en su mejor año.

Afortunadamente para el equipo español, fueron varias las estrellas --algunas con menos fulgor, pero con igual mérito-- que siguieron su estela. El veterano Joan Llaneras (38) igualó las cuatro medallas olímpicas de Arantxa Sánchez Vicario y David Cal (el piragüista añadió dos platas a las dos medallas de Atenas) con un oro y una plata en un velódromo triunfal. Gervasio Deferr fue otro de los que no falló en sus terceros Juegos consecutivos, y además en otro aparato (plata en suelo) distinto a los saltos de sus anteriores experiencias. Y Gemma Mengual, también en sus terceros Juegos con 31 años, demostró junto a todo el equipo una madurez envidiable en natación sincronizada.

El triatlón y la marchaoscurecen el balance

El equipo español podría haber superado las 22 medallas de Barcelona-92 si algunos de sus líderes no hubieran fallado en el momento más inoportuno. Es verdad que la aparición del K-2 500 metros de Craviotto y Pérez Rial, la excelente cosecha en ciclismo (cuatro medallas) y la aportación de la vela, con un oro en Tornado y una plata de 49er que está en el Tribunal de Arbitraje de Lausana, dieron un buen puñado de medallas. Pero faltaron las de Javier Gómez Noya y Paquillo Fernández. Ni el triatleta ni el marchador se habían bajado del podio en los dos últimos años, y eligieron el peor momento para hacerlo. Gómez Noya fue cuarto y Paquillo, séptimo.

Isabel Fernández, campeona olímpica en el 2000, también se quedó sin medalla, como todo el judo español, lo mismo que el atletismo (54 atletas lograron solo 11 puestos de finalista) y la natación en línea (un finalista, Aschwin Wildeboer en los 100 metros espalda).