Con muchísimos nervios y un punto de sufrimiento, pero también con una explosión de alegría, consiguió abrirse paso España a la final del Europeo frente a la anfitriona Hungría, a la que superó por 10-11 en un encuentro trabado hasta el último segundo, apasionante y agónico, de esos que se recuerdan con el paso del tiempo.

Las jugadoras de Miki Oca parecieron tener el éxito en sus manos cuando se situaron con cuatro goles de ventaja a falta de tres minutos solo (7-11). Pero Hungría sacó todo su orgullo y protagonizó una poderosa reacción que a punto estuvo de dar resultado, gracias a un parcial de 3-0 y una gran defensa que les dio la última posesión.

En esa jugada, con la posibilidad de empatar, apareció la guardameta española Laura Ester con una parada providencial que impulsó a la selección a la final y, seguramente, conservará en su memoria apenas unas horas después de celebrar su 30 cumpleaños.

El equipo de Miki Oca, que se colgó la medalla de plata en la final del Mundial del pasado verano en Gwangju, se enfrentará en la final este sábado en la final con Rusia que en la otra semifinal se impuso a Holanda por 11-10.