España no pierde una eliminatoria de Copa Davis en casa desde 1999 que cayó ante Brasil en Lleida. Desde entonces ha ganado 18 eliminatorias seguidas y cuatro ensaladeras (2000, 2004, 2008 y 2009). La racha es difícil que se vaya a romper este fin de semana en Logroño ante Suiza a pesar de la ausencia de piezas básicas como Nadal, Verdasco, Ferrero y Feliciano López. "Los que están son los que cuentan. Son unos jugadorazos. Aquí no hay equipo B", decía convencido ayer Albert Costa tras el sorteo de los partidos mientras animaba a Almagro, que será el encargado de abrir la eliminatoria en la plaza de toros de La Ribera (13.00, TVE-1) ante el número uno suizo Stanislas Wawrinka.

Un partido que Costa sabe que puede marcar que la eliminatoria ante los suizos sea cómoda o pueda complicarse hasta el último punto del domingo. "Nuestras opciones pasan por sumar un punto mañana y ganar el doble para ponerle presión el domingo a España", decía con realismo Severin Luthi, capitán suizo. Y ese primer punto estará en la mano de Wawrinka, su hombre fuerte en ausencia de Roger Federer, aunque apenas ha entrenado una semana en tierra y no juega un torneo desde el Abierto de Australia porque ha sido padre. Su último partido en tierra lo jugó el pasado mes de septiembre. A pesar de eso el suizo se mostraba preparado para el reto que le espera. "Confío en ganar a Almagro y dar el primer punto a Suiza", decía Wawrinka.

MUCHO FRIO Costa eligió finalmente a Almagro, el último en incorporarse tras la baja por lesión de Ferrero, porque "está más adaptado a la tierra" (viene de jugar en Acapulco) y prefirió reservar a Robredo para el doble junto a Granollers. "Hay que jugar tres días y elegir lo mejor para el equipo", aceptaba Robredo, que podría jugar los individuales del domingo. Ferrer, el único campeón del 2009 presente en el equipo español, se mostró cauto. "Somos favoritos pero hay que demostrarlo en la pista. Chiudinelli será un rival duro, seguro", decía antes de su debut hoy en un escenario donde España contará con el apoyo de 9.000 aficionados (ayer quedaban 2.000 localidades por vender) que deben calentar el ambiente frío que obligó a la organización a colocar cuatro cañones de calor en las esquinas de la pista por las quejas de los jugadores.