El duque de Palma abandonó ayer su retiro estival en Mallorca para hacerse cargo de una nueva misión olímpica. Después de ganar dos medallas de bronce, en 1996 y en el 2000, como integrante del la selección española de balonmano, Iñaki Urdangarín se ha fijado un objetivo en los primeros Juegos a los que acude desde que se retiró de la práctica activa del deporte. Sabedor de que los ganadores, los triunfadores, siempre encuentran quien quiera salir en la foto con ellos, el duque de Palma, en su nuevo cargo de vicepresidente del Comité Olímpico Español (COE), se ha propuesto claramente estar al lado de los menos favorecidos, de los que no ganan medallas ni brillan bajo los focos. Urdangarín será, en Atenas, el hombro sobre el que podrán llorar a gusto los modestos del equipo español.

"Quiero estar al lado de los que quizá no tengan opciones de podio, pero que también representan al equipo español", aseguró ayer a este diario, en el vuelo que le llevaba a la capital griega. Urdangarín ha sido deportista de élite y sabe que en unos Juegos hay luces y sombras, y que al lado de los oscurecidos apenas nunca aparece nadie.

LA REINA SOFIA El presidente del COE, José María Echevarría, será el encargado de acudir a las sedes donde se cuezan las medallas españolas, habitualmente acompañado de la reina Sofía, que piensa estar muy presente en los Juegos de su país de origen, comenzando por la ceremonia inaugural de pasado mañana. Iñaki Urdangarín, acompañado en ocasiones de su esposa, la infanta Cristina, estará donde más falta el consuelo y la palmadita en el hombro. No será ésta, sin embargo, la única función que se ha propuesto el duque de Palma. Quiere tener los ojos muy abiertos para ver cómo trabajan otros países en el mundo del deporte y, también, ayudar en todo lo que pueda a la candidatura de Madrid, que opta a organizar los Juegos Olímpicos del 2012.

NI PRESION NI ANGUSTIA El duque de Palma viajó ayer con un importante contingente del equipo español, que empezó a darle vida a la villa olímpica, hasta ayer sólo ocupada por una pequeña parte del equipo. Hoy, con la llegada de los principales deportes de equipo --baloncesto y balonmano, tanto en hombres como en mujeres--, casi se rozará el lleno. Isabel Fernández, designada para portar la bandera en la ceremonia inaugural, llegó ayer, ilusionada, junto a sus compañeros del judo y todo el equipo de natación.

"No me siento presionada ni angustiada. Al contrario, para mí es una motivación especial llevar la bandera y ser, de alguna manera, capitana del equipo", dijo la judoca. Es campeona olímpica, del mundo y de Europa y aspira al podio.