Después de una semana de zozobras y congoja, el equipo olímpico español acertó ayer a dar un golpe de timón y enderezar un barco que iba a la deriva, directamente a los escollos. España dejó de ir al ralentí, casi con el motor calado, para cambiar drásticamente de marcha y adoptar una velocidad de crucero más acorde con las expectativas que su viaje a Atenas había despertado.

El equipo todavía no ha puesto la directa, pero ahora ya tiene marcha. De ello se encargó, por encima de todos, un campeón de la modalidad, el granadino Paquillo Fernández, que logró la segunda medalla para la delegación española en el séptimo día de competición y primero completo de atletismo, que ya ha comenzado a tomar el relevo de la natación como deporte central de los Juegos.

El marchador español, que físicamente siempre ha sido portentoso, demostró durante la prueba de ayer unas cualidades desconocidas hasta ahora. Incluso pudo ganar, pero decidió no arriesgar el metal.

Paquillo, que ya era campeón europeo y subcampeón mundial de los 20 kilometros marcha, apretó el acelerador y completó la trilogía con una medalla de plata, que se une a la lograda por María Quintanal en tiro al plato el pasado lunes. El atletismo español, que llegó a los Juegos repleto de incógnitas, no ha podido tener un inicio más brillante: Paquillo subió al podio, Manolo Martínez se quedó el pasado miércoles a las puertas del Olimpo en peso (cuarto) y Juan Manuel Molina fue quinto ayer en la marcha. Que no pare.

REACCION A LA VISTA Pero el día tuvo muchos más indicativos que permiten avistar una reacción. Todo lo que tuvieron de negativo los primeros seis días se convirtió ayer en gozo. Todo salió bien. Tanto, que incluso el tenis --uno de los deportes con más opciones y más rápidamente desaprovechadas-- se aseguró ayer su medalla, habitual ya desde su reintroducción en el programa olímpico en los Juegos Olímpicos en 1988 (Seúl).

La pareja formada por la veterana Conchita Martínez y Virginia Ruano se plantó en la final y se aseguró como mínimo la plata, con opción a mejora en el partido decisivo de mañana antes las semidesconocidas chinas Ting Li y Tian-Tian Sun. Evitaron que Vivi Ruano se encuentre en la final con su habitual pareja de dobles, la argentina Paola Suárez, y son las únicas que pueden impedir que Conchita Martínez consiga su primer oro,

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