La derrota contra Francia en Hannover (3-1) cortó de raíz el ilusionante proyecto del equipo de Luis Aragonés y escribió un nuevo capítulo en la historia de desilusiones y de frustraciones del fútbol español en los Mundiales.

El cuadro español, que había levantado grandes expectativas tras una brillante primera fase, no confirmó sobre el terreno todo lo que apuntaba y adelantó en octavos su triste adiós, por cuanto en esta oportunidad ni siquiera ha podido afrontar el muro de los cuartos de final, barrera históricamente impenetrable para los españoles.

El único resultado de relumbrón para España fue el cuarto puesto que alcanzó en Brasil-50, el Mundial del mítico gol de Telmo Zarra a Inglaterra, y los momentos históricos positivos son infinitamente inferiores a los traspiés. Aquel campeonato de 1950, con Guillermo Eizaguirre en el banquillo y con el histórico gol de Telmo Zarra ante Inglaterra, y los cuatro tantos de Emilio Butragueño ante Dinamarca en los octavos de final de México-86 han sido los momentos estelares de España en la máxima competición internacional.

PASADO RECIENTE El resto de intentos acabaron prematuramente en fases de clasificación o con eliminaciones más o menos justas pero a la postre desilusionantes. La segunda mejor clasificación de España se produjo en el anterior Mundial 2002, en el que el conjunto que dirigía José Antonio Camacho acabó quinto.

Fue, sin embargo, un adiós doloroso, hiriente, porque la selección española sucumbió en los cuartos de final ante Corea del Sur en la tanda de penaltis, después de un arbitraje adverso del egipcio Gamal el Gandhour.