ESLOVENIA: Skof; Katvicnik (4), Vugrinec (-), Ostir (3), Zvizej (3), Kozlina (-) y Zorman (5) -equipo inicial- Popdecan (ps), Backovic (-), Jovicic (4, 1p), Gajic (-), Rutenka (9,2p), Pajovic (1) y Lubej (4).

ESPAÑA: Barrufet; Rocas (6, 1p), Ortega (3), Romero (6), Entrerríos (8), Davis (-) y Uríos (8) -equipo inicial- Hombrados; Garabaya (2), Belaustegui (-), Fis (-), Juancho Pérez (-), Juanín García (4) y Chema Rodríguez (2).

ARBITROS: Reisinger y Kaschutz (Austria).

M. C. C. M.: 2-3, 6-5, 9-9, 12-13, 16-16, 16-19 (descanso) 20-22, 22-27, 25-31, 26-33, 29-36 y 33-39 (final).

La selección española no se dejó vencer por la presión y certificó su pase a las semifinales del Europeo de Suiza como primero de grupo tras imponerse a Eslovenia por 39-33, en un encuentro que solventó, gracias a la calidad individual, los numerosos problemas que padeció en defensa. El rival en semifinales (mañana, 14.15 horas) será Dinamarca, segunda del otro grupo tras ganar a Rusia.

Como ya viene siendo costumbre en esta segunda fase del Campeonato de Europa a la selección española le costó entrar más de lo conveniente en juego, especialmente en defensa, donde el 5-1 elegido por Pastor no consiguió leer las líneas de pase a los pivotes.

Por fortuna, el descanso concedido ante Ucrania a Alberto Entrerríos no pudo sentarle mejor. Se echó el peso del equipo con cuatro goles en los primeros quince minutos.

Pero la efectividad del jugador del Ciudad Real no fue suficiente para el despegue en el marcador del equipo nacional, que curiosamente tras endosar a los balcánicos un parcial de 0-3 con un jugador menos, se dejó empatar (10-10) en igualdad.

Convencidos de sus posibilidades de ganar, la selección padeció la mejor versión, hasta ayer inédita en Suiza, de los Rutenka, Zvizej y, sobre todo, del central del Celje, el ex jugador del Ademar de León Uros Zorman.

SUPERIORIDAD A la fiesta se unió el meta Gorazd Skof con varias intervenciones de mérito, que, sin embargo, no impidieron que el equipo español, gracias a Barrufet, se marchara al descanso, con la máxima renta del primer tiempo, 16-19.

Una renta que, pese a los problemas defensivos, el equipo español siguió sin saber leer los movimientos del pivote del Portland Zoran Lubej, la selección española supo mantener, e incluso aumentar hasta los cinco goles (22-27), gracias al trabajo en el pivote de Rolando Uríos.

Dos goles y un penalti, transformado por Albert Rocas, permitieron al combinado español adquirir la tranquilidad necesaria para ajustar de una vez por todas su juego, que únicamente en estos segundos 30 minutos encontró la oposición de Lubej.

Una resistencia que finalmente acabó por ceder con las exclusiones de Zorman y Backovic que permitió a la selección llegar hasta el 27-34 (min. 50).

Una ventaja más que suficiente para que los de Juan Carlos Pastor solventaran con comodidad el tramo final de un encuentro que sirvió para colocar a los españoles de nuevo en la lucha por las medallas en un Europeo, lo que no ocurría desde Croacia en el año 2000.