España quiere abrir en Río de Janeiro (19.30 en horario peninsular en España) la puerta a la lucha por las medallas del torneo olímpico de 2016 en uno de los clásicos con más sabor del baloncesto europeo y mundial, un España-Francia que encumbró en 2015 a Pau Gasol como uno de los mejores jugadores de todos los tiempos.

Aquellos 40 puntos, 11 rebotes y 3 tapones en la semifinal europea de Lille ante casi 27.000 espectadores aún están frescos en la memoria de los aficionados españoles y del baloncesto en general porque partidos así son los que definen el valor de un jugador y marcan su carrera.

Como dijo Oscar Schmidt en el Arena Carioca 1, el escenario del partido, "Gasol es un fenómeno". Lo cree el legendario 'Mano Santa', máximo anotador de la historia en los Juegos, y lo piensa todo el mundo. Sobe todo los rivales, que rezan para que el nuevo jugador de los San Antonio Spurs no acabe de llegar al punto perfecto de forma que todavía no tiene.

RIVALIDAD A pesar de ello, promedia casi 20 puntos, 9 rebotes y 2 tapones por partido en un torneo en el que decisivo solo fue ante Lituania, con un 5/5 en triples que ensanchó en el arranque de la segunda mitad el boquete que acabó siendo de 50 puntos (109-59). Pero España no es únicamente Gasol, como quedó claro el lunes frente Argentina (92-73), a la que doblegó, además de cierto cansancio del Alma, Rudy Fernández con sus apariciones en los momentos decisivos. Entre el alero madridista y Nikola Mirotic respondieron rápido al 0-8 albiceleste y encarrilaron a España hacia unos cuartos de final que le son casi como 'el día de la marmota'.

Será el sexto gran torneo consecutivo y el séptimo en los últimos ocho en los que se verán las caras los ahora dirigidos por Sergio Scariolo --que no ha perdido nunca contra Francia siendo seleccionador-- y los de Vincent Collet. En esos ocho partidos en los que se midieron, en 2011 lo hicieron dos veces, cinco victorias españolas y tres francesas.

Curiosamente, los galos eliminaron a la ÑBA en el Mundial de España 2014; y, al revés, la Roja le devolvió la moneda en tierras francesas hace un año en el recordado encuentro de Lille.

NOMBRES PROPIOS Serán dos equipos parecidos a entonces, aunque con España recuperando parte de su vieja guardia, Juan Carlos Navarro, José Manuel Calderón y Ricky Rubio, además de incorporar joven Alex Abrines; y a Francia han regresado los bases Thomas Heurtel y Antoine Diot, y al pívot Kim Tillie.

El de Heurtel, "si no el número 1, sí el 2 o el 3" entre los bases "que no juegan en la NBA" para Scariolo, es el refuerzo más importante de una Francia que no dio buenos síntomas en los amistosos previos a Río y que, como España, comenzó mal el torneo olímpico.

Una contundente derrota en el debut contra Australia (87-66) aumentó las dudas de los de Collet, que recuperaron el ánimo con una victoria agónica sobre Serbia en la pelea por la tercera plaza del grupo (75-76) y, sobre todo, haciendo partido ante una Estados Unidos frente a la que cayeron por solo tres puntos (100-97).

En definitiva, que Francia, como España, está yendo de menos a más y se presenta a los cuartos con ganas de hacer honor a la condición de "rival más poderoso después de Estados Unidos" que la otorga el propio Scariolo. Lo que no quiere decir que la vea mejor que a España. Eso se verá hoy con las semifinales como premio.