La selección española de balonmano se clasificó con brillantez y más facilidad de la esperada para los cuartos de final del Mundial de España después de derrotar con contundencia a Serbia (20-31), en un partido que decidió en una gran primera parte gracias a su intensidad defensiva y al mando que ejerció Dani Sarmiento, y ahora se cita con Alemania para pelear por el podio.

Había cierto temor a este primer cruce a vida o muerte para la anfitriona ya que enfrente tenía a un peligroso rival, muy competitivo, duro y actual subcampeón continental. Sin embargo, en 30 primorosos e intensos minutos, desarboló a los de Veselin Vukovic, incapaces de encontrar con continuidad huecos en el 6-0 de Valero Rivera y de frenar en defensa a Dani Sarmiento.

El central canario estuvo inmenso en el primer acto. No solo anotó con facilidad (5 goles en la primera parte sin fallo), sino que también supo asistir a sus compañeros y resquebrajar la defensa que tantos problemas había dado hace medio año en Londres. En la segunda, con el partido más enredado, no estuvo tan acertado y tuvo más descanso, pero entonces apareció para evitar cualquier tipo de complicación Albert Rocas (7 goles también sin error), aunque los balcánicos no dieron sensación real de poner en peligro la victoria y no bajaron de los seis goles de diferencia.

Pero fue desde atrás donde España encarriló su triunfo. Con mucha intensidad y ayudas acabó por neutralizar a Momir Ilic, la gran amenaza balcánica.