España: Luis Amado, Alvaro, Kike, Borja, Marcelo --cinco inicial-, Carlos Ortiz, Eseverri, Torras, Werner, Javi Rodríguez y Andreu.

Croacia: Jukic, Despotovic, Simurina, Stankovic, Grdovic --cinco inicial--, Dulvat, Grcic, Novak y Banic.

Goles: 0-1, m.5: Grcic. 1-1, m.10: Andreu. 2-1, m.27: Marcelo. 3-1, m.37: Marcelo.

Arbitros: Waletti (Holanda) y Maestroni (Italia). Amonestaron con cartulina amarilla al jugador español Ortiz y por parte croata a Despotovic y Dulvat.

Incidencias: Partido correspondiente a la tercera jornada de la fase clasificatoria para el Mundial de Brasil, disputado en el pabellón Ciudad de Cáceres, ante casi 5.500 espectadores y gran ambiente en las gradas. Fue homenajeado el doctor de la selección, el almendralejense Lorenzo García Camacho.

La medicina que ayer recibió Croacia ya la conocía Rusia, Italia o, incluso, Brasil, los que durante los últimos años siguen sin éxito la estela de una selección récord en la historia del deporte nacional. España no pone la plasticidad del juego de los brasileños, pero destila a borbotones espíritu colectivo, de ese que hace falta para hacerse respetar y que es, sobre todo, indispensable para vencer a los rivales.

El grupo de José Venancio López logró el pasaporte para la eliminatoria previa al Mundial con aparente facilidad en medio del festejo generalizado en Cáceres, aunque quizá las gestas deportivas más espectaculares que protagoniza este combinado de excelentes competidores no sean registradas en su verdadera magnitud. El deporte del fútbol sala en España está varios escalones por debajo de lo que merece.

Croacia puso la emoción con un gol en su primer acercamiento a la meta del gran Luis Amado. Por entonces (min. 4) España había lanzado cinco veces a puerta, sin éxito. Pero la sorpresa no había invadido el ambiente de pesimismo. Más bien al contrario. El empuje del público y la seguridad con la que movían el balón los locales presagiaban que todo aquello no podría quedar en más que una tenue amenaza.

España ejerció entonces de España y comenzó a elaborar con paciencia, sin estrépito, con cabeza. El gol tendría que llegar, antes o después. Una triangulación acabó en los pies del centenario Andreu, que puso el 1-1.

EMPATE TRANQUILO A los de José Venancio López les bastaba el empate, pero aquello tendría que saldarse con más suficiencia. España estaba varios pasos por delante de Croacia, una selección muy fuerte físicamente, pero a una distancia sideral en lo estratégico y en lo puramente futbolístico. Capearon bien el temporal los balcánicos hasta el descanso, entre otras cosas porque los locales no tenían prisa.

Entre rotación y rotación, el segundo tiempo fue un monólogo nacional, a la espera de huecos. Si en algo se diferencia la actual España de la anterior, también multicampeona, es que no tiene un jugador de referencia claro arriba, de esos que fijan a los cierres contrarios. Con Paulo Roberto y el mítico Javi Sánchez fuera de circulación , la selección tiene otras fórmulas, no menos solventes, como la calidad de Marcelo, la intimidación de Javi Rodríguez o las genialidades de Andreu.

Precisamente del pie de Andreu partió el 2-1. Un par de regates de estrella y un lanzamiento que apuró Marcelo.

Con la grada volcada y los croatas groggies , llegó el tiempo del disfrute, de la relajación. España se dedicó a practicar un fútbol sala control que noqueó definitivamente la resistencia croata.

LA SENTENCIA Con el siempre impecable Kike atrás, la selección contemporizó hasta el límite que le concedía el resultado, esto es, en gran medida, aunque siempre con la mente fresca y la capacidad para abortar cualquier atisbo de sufrimiento final. En una de éstas, una combinación con adorno acabó en los pies del hispanobrasileño Marcelo, hombre que ha dado ya títulos con sus goles y futbolista al que es complicado verle fallar ante la meta contraria. Fiel a su oficio, Marcelo fusiló sin contemplaciones y cerró definitivamente un encuentro en el que ya había poco que discutir.

España había culminado su clasificación con algún apuro, pero de manera diáfana. El pronóstico estaba cumplido. Esta no es la selección de fútbol, no hay que olvidar el detalle, no precisamente menor. Este grupo, cuando se trata de cumplir, no falla. Ahora hay que jugar otra eliminatoria. ¿Alguien en su sano juicio duda de que este equipo no pueda ir al Mundial porque la pifie en el momento clave? La respuesta es clara: por supuesto que no.