ALEMANIA: Fritz; Kehrmann (2, 1 p), Jansen (1), Klimovets (5), Behren (3), Zeitz (6) y Hens (9) -equipo inicial- Bitter (ps), Roggisch, Preis (2), Hegemann, Kraus (3), Sprenger y Michel.

ESPAÑA: Barrufet; Rocas (6, 2p), Belaustegui (1), Romero (6, 3p), Entrerríos (3),Davis (4) y Urios (6) -equipo inicial- Hombrados, Juanín García (2, 1 p), Garabaya (1), Garralda, Fis (1), Juancho Pérez (1) y Chema Rodríguez.

PARCIALES: 0-5, 4-8, 8-10, 10-12, 14-12, 16-15 (Descanso) 18-18, 22-21, 25-24, 27-25, 29-27, 31-31 (Final).

ARBITROS: La Cour Larsen y Nielsen (Dinamarca). Excluyeron a Vekliky, Hegemann (2), Jansen, Roggisch por Alemania; y a Chema Rodríguez y Juancho Pérez por España.

INCIDENCIAS: Partido de la primera jornada del grupo B del Europeo.

La selección española de balonmano arrancó su andadura en el Campeonato de Europa de Balonmano con un agónico empate (31-31) con Alemania en un encuentro en el que el equipo nacional mostró su mejor y peor cara posible, con un arranque espectacular encuentro al que siguió un desesperanzador juego colectivo e individual.

Pese a todo, los de Juan Carlos Pastor dispusieron de un último balón para derrotar al conjunto alemán, que el equipo español ni tan siquiera pudo lanzar, ya que el pase de Chema Rodríguez al extremo David Davis ni tan siquiera llegó a su destino.

Pero España sumó un valioso punto, que puede tener una importancia clave en la segunda fase. Aunque puede parecer muy poco recordando el arranque, también puede ser casi excesivo viendo cómo se comportó en los siguientes minutos la selección.

Con el libreto bien aprendido, el marcador no podía marchar mejor para el equipo español, que a los cinco minutos de juego ya dominaba por un contundente 0-5 en el marcador a un sorprendido conjunto alemán.

REMONTADA Con Jansen, Khermann, Zeitz y Hens a la carrera el combinado germano endosó al equipo español un contundente parcial de 6-0 que llevó a España de dominar 8-12 en el marcador a perder por 14-12. Dos goles de Entrerríos y Garabaya sirvieron para acabar con la sequía goleadora del equipo español, que agradeció más que nadie la llegada del descanso, que alcanzó con 16-15 en contra.

Nada cambió en la segunda mitad, pese a que la selección pareció recuperar en los instantes iniciales la claridad del arranque de partido, aunque como se demostró todo fue un espejismo.

Ni la entrada del cañonero hispano-cubano Julio Fis, que no había disputado ni un solo segundo en la primera parte, dio luz al ataque español, lastrado por su falta de lanzamiento, curiosamente una de las facetas que parecían haber mejorado con relación al Mundial de Túnez con Fis y Belausategui.

Todo hacía pensar en una derrota del equipo español, de la que milagrosamente se zafó recurriendo, como no podía ser de otro modo, haciendo lo que mejor sabe, recurriendo a esa pieza básica que conforma Urios en el pivote y a los extremos Juanín García, Davis y Rocas, con la participación también puntual del extremeño Juancho Pérez.