La selección española buscará hoy, sábado, contra Bélgica una victoria que enderece su clasificación para el Mundial de Alemania 2006, con uno de los equipos más jóvenes de su historia.

El técnico español, Luis Aragonés, da paso al futuro. Frente a Bélgica, alineará un conjunto que promedia 24 años y que está obligado a cumplir en una doble función; sólo le vale la victoria y precisa recuperar el alicaído ánimo de una afición aún desilusionada tras fracasar en Portugal.

Tras vencer sin brillo a Venezuela (3-2) y empatar con Escocia, en los dos amistosos previos, e igualar en Bosnia (1-1), en el debut oficial de Luis Aragonés, la selección española ya no tiene más margen de confianza.

Porque ante Venezuela acababa de llegar al cargo el técnico, el partido de Escocia estuvo condicionado por la dureza del rival y el apagón eléctrico y la igualada en Bosnia, en un campo donde nadie ha ganado en dos años, no es un mal resultado para un arranque mundialista.

SIN EXCUSAS Sin embargo, contra Bélgica ya no hay excusas. Sólo vale el triunfo para atender a la condición de favorito que le otorga el resto de los equipos que componen el grupo 7.

Es un grupo de futuro, que si se consolida llegará en una edad óptima al Mundial de Alemania, pero al que aún le falta competir, según su técnico, que pone como ejemplo el empate cedido en Bosnia, después de haberse adelantado en un campo complicado, en el que no se supo manejar un resultado favorable. Mientras tanto, Raúl González, que hoy cumplirá ocho años desde que debutó con la selección española, aseguró en la mañana de ayer que su "gran momento" en el conjunto nacional "aún no ha llegado".

Fue el 9 de octubre de 1996, en Praga, contra la República Checa, cuando Raúl, con 19 años, comenzó una trayectoria en la selección que le ha llevado a convertirse en el máximo goleador histórico, con 39 goles en 78 partidos disputados.

Bélgica no llega en mejor momento. Los diablos rojos tuvieron un comienzo similar en la fase de clasificación del Mundial, al empatar contra Lituania (1-1) un partido que tenían ganado.