La opción de pasar a la historia al convertirse en la tercera selección --tras Brasil del 70 y Alemania del 82-- en ganar todos los encuentros de clasificación a un Mundial, es un nuevo reto para la arrolladora España en su visita a Armenia, donde encontrará la motivada selección que tumbó a Bélgica.

España regresa a un terreno sagrado. Donde el bíblico monte Ararat es testigo, desde el horizonte. Mucho ha cambiado la realidad de la ´Roja´ desde la última visita a Ereván. Hace justo seis años, llegaba con Iñaki Sáez al mando, para intentar evitar sin éxito la repesca para la Eurocopa de Portugal 2004. Ahora, con Vicente Del Bosque, llega tras superar registros, pensando en nuevos récords y con el pase al Mundial en el bolsillo tras pleno de triunfos.

El inmaculado camino de España a Sudáfrica no acusa ni ausencias de nombres importantes en la columna vertebral del equipo. Regresan Sergio Ramos y Andrés Iniesta. Se ausenta el goleador David Villa. Y Del Bosque, siempre con un toque de psicólogo, piensa en dar minutos a todos y hacer dos equipos para acabar la fase de clasificación. Ante Armenia primero y el próximo miércoles en Bosnia.

Provocará el estreno del chico nuevo del grupo, Alvaro Negredo, que tendrá minutos. Así como aplazar el centenario de Iker Casillas. Coincidirá con el de la Federación (14 de noviembre en el Calderón), porque el seleccionador tiene pensado repartir minutos en Ereván entre Pepe Reina y Diego López.

Introdujo Del Bosque en el último encuentro de la ´Roja´ un nuevo sello, una variante de los dos sistemas habituales (4-4-2 y 4-5-1), con un 4-3-3, dibujo del Barcelona o Real Madrid que será difícil repita en el estadio La República. La baja de Villa permite juntar a los ´bajitos´ y premiar a Cesc Fábregas, que firmó en Mérida uno de sus mejores partidos.