Antonio Jiménez Penti y Sergio Gallardo disimularon con su paso valiente por la final de 3.000 metros el desaguisado español de la segunda jornada de los Mundiales de Budapest, en la que España, sexta potencia mundial según el ránking, perdió por el camino a un puñado de aspirantes a medalla.

Mayte Martínez abandonó la pista llorando, lo mismo que Antonio Reina; Juan Carlos Higuero se despidió a la francesa, sin comentarios; Ruth Beitia no acompañó a la final de altura a Marta Mendía y el equipo español, que soñaba con ganar en Budapest media docena de medallas, ofreció una pobre imagen.

Penti volvió a demostrar que está de vuelta. El año de ansiedad tras conquistar el título europeo de 3.000 metros obstáculos ha quedado atrás y vuelve a figurar en la nómina de favoritos, por más que el cuarto puesto le haya dejado un regusto amargo. El sevillano corrió muy atento desde la salida y supo responder en el último kilómetro a cuantos ataques se desataron. Le faltaron dos metros para alcanzar al etíope Markos Geneti, tercero, mientras por delante el keniano Bernard Lagat (7:56.34) superaba en el esprint al portugués Rui Silva, campeón en Lisboa-01.

LA JORNADA Rusia aportó los dos primeros récords mundiales con saltos espectaculares de Yelena Isinbayeva en pértiga (4,86) y Tatyana Lebedeva en triple (15,36) en la jornada.

Iván Pedroso, el atleta más laureado en Mundiales bajo techo, con cinco títulos, estuvo muy lejos de añadir un sexto a su historial. Su mejor salto de este invierno (8,09) no le dio más que un octavo lugar. El triunfo en la final de longitud fue para el estadounidense Savanté Stringfellow, que saltó 8,40 metros. Yago Lamela fue eliminado el día anterior.