ESPAÑA: Barrufet; Rocas (5, 3p), Belaustegui (-), Juancho (-), Romero (10, 1p), Entrerríos (3) y Juanín (4) -equipo inicial- Hombrados (ps), Uríos (5), Garabaya (1), Fis (-), Davis (1), Ortega (4) y Chema Rodríguez (1).

DINAMARCA: Hvidt; Stryger (3), Jorgensen (2), Jensen (4, 2p), Spellerberg (4), Christiansen (2) y Knudsen (7) -inicial- Asmussen, Aagaard (3), Rasmussen (1), Boldsen (1), Leegaard (3).

PARCIALES: 2-2, 7-6, 7-9, 11-11, 12-14, 15-16 (descanso) 19-18, 22-20, 25-22, 29-27, 32-28 y 34-31.

ARBITROS: Lemme y Ullrich (Alemania). Excluidos: Garabaya y Boldsen.

España dio un nuevo paso hacia el titánico reto que se ha propuesto de encadenar el título mundial y europeo, algo que hasta el momento sólo ha conseguido Suecia, tras imponerse en las semifinales a Dinamarca (34-31), en una nueva brillante actuación del equipo nacional. Hoy, ante Francia (16.00, La 2), final y nuevo desafío.

Animados por la seguridad que inspira el portero del Barcelona David Barrufet, el ataque español comenzó pletórico con dos goles de Alberto Entrerríos y tres de Iker Romero, que permitieron a los españoles tomar de inicio una pequeña ventaja (5-3).

Renta que no tardó en esfumarse en los siguientes minutos en los que los de Juan Carlos Pastor perdieron el hilo con una mala selección de lanzamientos que posibilitaron correr por primera vez en el partido a los veloces extremos daneses (7-9).

Sin embargo, y como el seleccionador español no se cansa de insistir una y otra vez, este equipo no se arruga en los partidos decisivos, y con dos penaltis de Albert Rocas y una nueva maravilla, la enésima en el torneo, de Rolando Uríos, España se volvió a enganchar en el partido y el marcador (11-11).

PROBLEMAS Aunque las deficiencias en el ataque volvieron a lastrar al equipo nacional, muy impreciso en las circulaciones de balón, en las que pese a que lo intentó, le costó conectar con Uríos, pieza básica en los esquemas ofensivos españoles.

Pero Uríos no parece dispuesto a que nadie le discuta el título de mejor pivote del Europeo, y dos nuevos goles del hispano-cubano, el segundo de ellos de espaldas a la portería, ajustaron nuevamente el marcador (15-16).

Un honor que si finalmente le corresponde al jugador del Ciudad Real deberá agradecer a la defensa española y al cancerbero David Barrufet que maniataron al pivote danés en el comienzo de la segunda mitad.

Lástima que el ataque español no funcionará igual, pues los dos goles de ventaja (21-19) que sumaban los españoles a los ocho podrían haber sido alguno más. Aunque los de Juan Carlos Pastor se empeñaron una y otra vez en dar vida a los daneses con continuos fallos en el pase y en el lanzamiento, que impedían descolgar a los nórdicos.

Cuatro goles seguidos de Iker Romero, el último de ellos en inferioridad, y dos paradas de Barrufet permitieron abrir a España una pequeña brecha en el marcador (24-20).

Desaparecido Knudsen el peligro danés se centró en los lanzamientos lejanos de los laterales Bo Spellerberg y el joven Per Leegaard, a cuyos latigazos puso respuesta una y otra vez por el bando español Romero y un inesperado Mariano Ortega.

Hartos en ataque de las intervenciones de Barrufet y con el extremeño Juancho Pérez excepcional en defensa, los daneses trataron de enderezar el rumbo, pero nada pudieron hacer ya.