La selección española de balonmano arrancó su andadura en el Europeo de Croacia con una plácida goleada (32-15) sobre la República Checa, en un encuentro que duró lo que España tardó en dotar de su ritmo a su ofensiva. Sabedor de que la clave para superar a la rocosa defensa checa pasaba por mover constantemente de lado a lado a los fornidos jugadores centroeuropeos, el conjunto español se recreó en un sinfín de recursos.