ESPAÑA: Barrufet; Rocas (7, 3p), Belaustegui (-), Juancho Pérez (-), Romero (10, 2p), Entrerríos (5) y Juanín García (1) --equipo inicial-- Hombrados (ps), Ortega (2), Uríos (2), Garabaya (1), Fis (-), Davis (-) y Chema Rodríguez (1).

FRANCIA: Omeyer; Abati (3), Bosquet (-), Karabatic (10), Narcisse (1), Guigou (-) y Bertrand Gille (-) --equipo inicial-- Ploquin (ps), Fernández (7), Dinart (-), Guillame Gille (1), Kempe (1), Abalo (2) y Girault (1).

M.C.C.M: 3-1, 6-1, 9-3, 11-4, 15-5, 17-9 (descanso) 20-12, 24-13, 25-18, 26-21, 29-24 y 29-26 (final).

ARBITROS: Kekes y Kekes (Hungría).

La selección española de balonmano dio un paso de gigante hacia las semifinales tras imponerse a Francia por 29-26 en un encuentro en el que sufrió más de lo previsto en la segunda mitad, tras un primer tiempo memorable, en el que sobresalió un inconmensurable David Barrufet.

Cuando se habían vertido algunas críticas sobre lo previsible del juego español, el seleccionador Juan Carlos Pastor sorprendió a todos con una defensa 6-0 que se convirtió en un auténtico suplicio en la primera mitad para el equipo francés.

Los nueve goles que tan sólo fue capaz de anotar en los primeros treinta minutos Francia, doble campeón mundial, hablan de la concentración y de la solidez del sistema defensivo español. A la movilidad de piernas, la inteligencia para leer las líneas de pase y la contundencia para bloquear los lanzamientos de auténticos cañoneros como Karabatic, Narcisse o Fernández se unió una actuación estelar del guardameta David Barrufet.

COMODA VENTAJA La selección española, que llegó a ganar por diez goles (15-5) a los veinticinco minutos, se marchó al descanso con una cómoda ventaja (17-9) que permitía afrontar con optimismo la segunda mitad.

La relajación, causada por el abultado marcador, y una exclusión del pivote español Juancho Pérez permitieron un respiro a la selección francesa, que llegó a reducir diferencias con un parcial de 4-0 hasta situarse a siete goles (25-18) cuando se llegaba a la mitad del segundo tiempo.

Una inquietante distancia, viendo el precedente del partido con Alemania en el que los españoles se dejaron remontar también una cómoda ventaja, pero ayer no fue así, pese a que Karabatic llegó a poner el marcador en un apretado 29-26. Pero entonces volvió a surgir la figura de Barrufet con una increíble parada a Abalo, en un contragolpe que podía haber puesto a Francia a tan sólo dos goles.