La hora de los elegidos ha llegado al Mundial de China y España estará en el selecto grupo de aspirantes que se jugarán las semifinales del campeonato, el penúltimo paso hacia la gloria y también hacia el título que dejará vacante por EEUU, el campeón destronado.

Después de sufrir, de pelear, de apretar los dientes en algún momento, y también de recuperar sus mejores señas de identidad, sobre todo en el partido frente a Serbia, puro disfrute para el recuerdo, la selección de Sergio Scariolo se medirá con Australia en Pekín por un puesto en la gran final (10.00 horas, Cuatro), unas horas antes de que Francia y Argentina, dos de las grandes triunfadoras del torneo, diriman la otra plaza (14.00 horas).

Nadie lo hubiera dicho hace mes y medio, cuando el peso de las importantes bajas y ausencias en la convocatoria (Pau Gasol, Mirotic, Ibaka, Sergio Rodríguez, Abrines) hicieron surgir algunas dudas en torno a un grupo que si algo ha tenido a lo largo de estos años (desde el Eurobasket 2001 son ya 18 los grandes torneos consecutivos disputando los cuartos de final), ha sido fiabilidad. Los jugadores de la selección, una vez más, se han encargado de cerrar bocas. Y lo han hecho con la misma hoja de ruta de siempre, yendo de menos a más, y desbordando corazón y compromiso.

SEÑAS DE IDENTIDAD

A través de la defensa, una de sus indiscutibles señas de identidad, España se ha abierto paso, decidida a cruzar el último umbral de la gloria. Con los dos primeros del ránking de la FIBA, EEUU y Serbia peleando por la quinta plaza (el equipo de Djordjevic también superó este jueves a los estadounidenses), a la selección se le presenta una ocasión única de repetir la gesta que ya vivió en el 2006. La selección es uno del contado grupo de seis países que cuenta con el título de campeón. Curiosamente logrado también en territorio asiático, en Japón.

Australia se eleva como la última barrera para España de asegurar, como mínimo, una medalla. Un contrincante temible, que se ha enfrentado a Lituania, Canadá, Francia, Senegal, República Dominicana y República Checa y sigue invicto. Scariolo lo definió sin tapujos. Es el peor rival posible. Por experiencia, por los seis años que llevan trabajando a las órdenes del técnico Andrej Leimanis, por el talento que atesoran algunos de sus jugadores, y porque, además, tiene una cuenta pendiente con la selección después de los Juegos de Río, donde cayó con España en la pelea por el bronce olímpico, después de llegarse a la prórroga. No es fácil de olvidar.

MILLS E INGLES, GENERADORES

Son muchos los recursos que han impulsado a Australia en el campeonato, un equipo aguerrido, físico, de una enorme envergadura, que podría poner en pista un quinteto con un importante pedigrí NBA, desde el base Patrick Mills, un anotador compulsivo (22, 2 puntos de media), de los Spurs, hasta el exazulgrana Joe Ingles, de los Jazz, un alero con el alma de un base (10 puntos, 5,7 rebotes, 5,8 asistencias), el incansable Dellavedova (Cleveland), un defensor implacable, y dos pívots sobrados de experiencia como Baynes, de los Suns (13,3 puntos, 5,5 rebotes) y Bogut, fichado por los Bucks. Su única pega un banquillo discreto donde destaca Chris Goulding, un certero tirador.

"Tenemos que superarnos, jugar con energía, igualarlos en intensidad, energía y dinamismo e intentar contener su juego en campo abierto", explicó Scariolo para analizar a su rival, en el hotel de concentración de la selección en Pekín, apenas unos minutos después de hacer una suave sesión de entrenamiento en el pabellón de Wukesong, ahora bautizado como Cadillac Arena, que albergó el torneo de baloncesto de los Juegos del 2008.

MÁXIMA CONCENTRACIÓN

Llegados a este punto, es un orgullo estar entre los cuatro semifinalistas. No nos conformamos, sabemos que tenemos algo muy grande entre las manos, que depende de nosotros. Pero también somos conscientes de las dificultades del partido. Por eso la concentración y las ganas son máximas. explicó el pívot de los Hornets, Willy Hernangómez, para quien el torneo ha sido un reválida .

Sabemos que es uno de los mejores equipos del campeonato, está jugando a un altísimo nivel y si queremos entrar en la final, mi sensación es que tendremos que hacer un partido como el de Serbia, asegura Rudy Fernández, el único jugador junto a Marc Gasol entre los semifinalistas que están en Pekín que puede presumir de haber sido campeón del mundo.