La selección española cerrará la fase de grupos hoy (21.00 horas) de su segunda participación en la Copa Confederaciones con la oportunidad de borrar de su memoria un mal recuerdo ante Nigeria y con la intención de seguir firme su camino hacia el único título que le falta.

El libro de ruta de Vicente del Bosque se está cumpliendo según lo planificado. Las dudas físicas se desvanecieron con un debut de gran fútbol ante Uruguay (2-1) y las rotaciones no empeoraron la imagen de La Roja, que vapuleó a la débil Tahití en Maracaná (10-0). Su andadura en el Grupo B se cerrará ante la campeona de Africa, a la que se le respeta por su poderío físico.

España acaricia el pase como primera a semifinales antes de afrontar los partidos de altos vuelos. Italia y Brasil aparecen en el horizonte. Una de las dos en semifinales y otra, si supera la penúltima ronda, en la soñada final. Los internacionales españoles quieren a los brasileños en Maracaná. Les motiva cumplir el sueño de exhibir su fútbol ante la selección que más títulos conquistó en la historia y con todo un estadio en contra.

Es lo que se ha encontrado La Roja desde su llegada a Brasil. Las manifestaciones y los incidentes han ido ganando terreno al fútbol. La protesta social no ha alterado a la selección española.

En Recife sufrieron el robo de dinero en sus habitaciones y en Fortaleza tienen prohibido salir de un hotel de calidad muy inferior a la que están acostumbrados. Los días comienzan a hacerse largos para los jugadores, recluidos y deseando salir a entrenarse o jugar partidos de la competición. Ahora, tienen la posibilidad de vengar una de las derrotas dolorosas del pasado del fútbol español. Fue en el Mundial de Francia'98, cuando Nigeria derrotó en Nantes a la selección dirigida por Clemente 3-2.