ESPAÑA Alamo, Morros (3), Ortigosa (-), Garabaya (1), Raúl Entrerríos (2), Almagro (-), Roberto García (4) --siete inicial-- Sierra, Rocas (7), Puig (2), Ugalde (1), Chema Rodríguez (2), Carlos Prieto (-), Aguinagalde (3), Julio Fiz (1), Ruesga (3).

FRANCIA: Krantz, Abalo (5), Burdet (1), Merz (-), Diaw (3), Sorhaindo (3), Ostertag (1) --siete inicial-- Guilbert (4), Bosquet (1), Siffert (-), Joly (1), Lamon (-), Mongin (1), Annoay (-), Mokrani (1).

ARBITROS: Martín Franco (Castilla León) y Monroy Reyes (Cantabria).

INCIDENCIAS: Excelente ambiente.

Casi 5.000 personas disfrutaron anoche de un espectáculo memorable y único en el deporte extremeño: el enfrentamiento de las selecciones nacionales absolutas de balonmano de España, campeona del mundo, y Francia, campeona de Europa. Al final ganó España, pero sobre todo el público.

El cumpleaños número 100 de Caja Rural de Extremadura fue festejado a lo grande, con público de toda la comunidad autónoma de Extremadura, con valores de la cantera extremeña incluido. Fue una magnífica noche en la que se celebraron todas y cada una de las acciones brillantes del lujoso partido.

Ya en el preámbulo la fiesta estuvo a la altura de las circunstancias. Unas animadoras muy animosas , bailes de todo tipo y un mosaico de 5.000 abanicos dio el colorido y el paso a los himnos nacionales, en el que se dejó notar el gran sentimiento patriótico que invade el país durante el inicio del Mundial futbolístico.

También se pudo ver una gigantesca bandera con los colores de España y Extremadura e inscripciones de poblaciones de la comunidad, como Trujillo, Siruela o Miajadas, entre otros.

El partido en sí comenzó con una Francia muy potente, que se situó 0-2 en el marcador hasta que la entrada de un pletórico Chema Rodríguez (Valladolid) puso las cosas en su sitio con un 4-3 en el minuto 11. Dos goles de Entrerríos y un contraataque sellado por Roberto García provocaron un marcador de 8-4 en el minuto 16. A partir de ahí, la selección de Juan Carlos Pastor siguió controlando el juego y dominando a placer.

La entrada de Carlos Prieto (Ciudad Real), el único extremeño convocado, creó más expectación en la grada, aunque fue otro pivote, Aguinagalde (Irún) el que, con tres goles consecutivos, dejó el descanso en 15-12. La aportación del Portland San Antonio Albert Roca, con cuatro goles desde los siete metros, también fue determinante.

SEGUNDO TIEMPO En el segundo acto, el joven Vidán Morros también se convirtió en protagonista con tres acciones muy aplaudidas por el público a las que hay que añadir el trabajo incansable de Rubén Garabaya, que frenó en todo momento las embestidas de los pivotes galos.

De nuevo desde los siete metros el combinado nacional aumentó sus ventajas con el quinto penalti consecutivo de Roca, que situó un 23-17 en el ecuador de la segunda parte.

Fue el momento de los flashes de las cámaras iluminando el parquet de La Granadilla, que no se llenaba desde que, precisamente, el hombre que ha traído este espectáculo a Badajoz, Martín Fariñas, deleitaba a los pacenses con su Círculo Badajoz en LEB. Para recordar un espectáculo semejante en la ciudad habría que remontarse a la fase final de la Copa del Rey de balonmano, disputada en la década de los 80 en el pabellón que ya lleva el nombre de Juancho Pérez. En aquella ocasión el Atlético de Madrid de Lorenzo Rico y Cecilio Alonso se impuso al Granollers de Jaume Puig por 20-19. Eran otros tiempos. Ayer su hijo, Salva Puig, de la misma cantera y jugando en el Bar§a, también sacó su potentísimo brazo derecho para enviar a la red balones desde 11 metros. Y de paso, ver algo de deporte de élite en Extremadura.