ESPAÑA: 84 (15+25+24+20): Rubio (5), Navarro (13), Rudy (11), Garbajosa (10) y Pau Gasol (19) -equipo inicial-, Mumbrú (5), Raúl (5), Marc Gasol (9), Llull (0), Cabezas (0), Reyes (7) y Claver (0).

LITUANIA: 70 (24+8+11+27): Kalnietis (8), Maciulis (2), Lukauskis (0), Kristof Lavrinovic (6) y Petravicius (13) -equipo inicial-, Jomantas (11), Javtokas (10), Kleiza (8), Mazutis (0), Darjus Lavrinovic (4) y Delininkaitis (8).

ARBITROS: Sreten Radovic (CRO), Zoran Sutulovic (MNE) y Ademir Zurapovic (BIH). Sin eliminados.

INCIDENCIAS: Partido de la segunda jornada del Grupo F de la segunda fase.

España superó ayer el examen de Lituania y se jugará mañana el pase a cuartos del Eurobasket contra Polonia, el anfitrión. Teniendo en cuenta cómo habían caído sus constantes vitales en el torneo, no deja de ser una excelente noticia. Pero además, al tiempo que echaba a la calle a los lituanos, el equipo de Sergio Scariolo recuperó en Lodz sensaciones olvidadas como la victoria (84-70) y otras que se le suponían, como las de divertirse en la cancha, que parecían intrínsecas a su ADN. Fue un triunfo cómodo en un partido extraño, en el que la selección llegó a verse con nueve puntos abajo en el primer cuarto (15-24), pero que arregló con un parcial de 23-0 en el segundo que le despejó el camino y que deja intactas sus opciones de alcanzar los cuartos de final.

Después de cuatro encuentros vividos de forma angustiosa, España llegó, por fin, a un desenlace sin necesidad de mirar de reojo el marcador. Por una vez pudo observar a su rival de arriba abajo y sin el miedo metido en el cuerpo. Esa sensación no la había tenido en todo el Eurobasket. Por momentos, los jugadores de Scariolo recuperaron la sonrisa. Y el atrevimiento. Intentaron cosas que parecía haberse quedado fuera de su repertorio en Polonia, como un alley oop en una conexión entre Ricky Rubio, Rudy y Pau Gasol. Es el primero que completa la selección en todo el campeonato.

No solo hubo descaro en su puesta en escena. También, agresividad, presión, y velocidad. Todos esos detalles que parecían converger en este equipo hasta que se inició el Eurobasket y que, como por encanto, habían desaparecido, levantando una preocupante polvareda. Eso no significa que España haya recuperado su perfil de campeón del mundo. Pero sí que es un paso importante para recobrar su mejor versión y, sobre todo, a nivel psicológico, no puede haber mejor refuerzo antes de jugarse su futuro mañana ante Polonia. El triunfo es un billete para cuartos. La derrota, la eliminación.

SEÑALES POSITIVAS Transmitió el equipo español bastantes señales positivas. A nivel colectivo, el equipo se empleó con mucha más intensidad, más jugadores entraron en las rotaciones y eso repercutió en la mejora defensiva. Y, al mismo tiempo, y posiblemente por ese despliegue físico, algunos jugadores acabaron por brillar. Pau Gasol elevó su intensidad, sobre todo en la zona. Los bases, con Ricky Rubio a la cabeza, también actuaron con más convicción. Y a nivel ofensivo, Garbajosa, Navarro y Rudy dieron el plus que el equipo necesitaba para mantener la tranquilidad.

A excepción del primer cuarto, en el que hubo un exceso de ansiedad entre los hombres de Scariolo, la selección llevó la iniciativa. Avasalló a Lituania con su presión en toda la cancha y eso propició el parcial de 23-0 en el segundo cuarto, con los lituanos más de siete minutos sin anotar. Después se dedicó a ensanchar la herida, hasta llevar la diferencia a los 24 puntos (69-45 a poco de iniciarse el último cuarto). Pero lo mejor fue que, conforme avanzaba fue encontrándose más cómoda, soltándose en sus acciones, y evitando las precipitaciones hasta limitar el número de balones perdidos (13 en el partido de ayer) que ha sido una de sus principales lacras, y haciendo que en su presencia en la cancha primara lo colectivo, con 25 asistencias. Ese parece el único camino para recuperar la credibilidad.