UCRANIA: Bilyk; Stetsyura (5), Shelmenko (5), Petrenko (2), Andryushchenko (2), Nat (1) y Kisil (3) -equipo inicial- Gurkovsky (1), Kostetskiy (2), Remizov (-), Natalyuk (-), Prudius (4), Gladun (-) y Tkhorevskyy (4p).

ESPAÑA: Hombrados; Chema Rodríguez (3), Garralda (2), Juancho Pérez (-) Garabaya (1), Lozano (1) y Juanín García (10, 4p) -equipo inicial- Barrufet (ps), Rocas (4), Belaustegui (1), Fis (6), Davis (-), Romero (2) y Ortega (1).

ARBITROS: Falcone y Ratz (Suiza). Excluyeron por dos minutos a Remizov (2) y Andryushchenko por Ucrania; y a Juancho Pérez (2) y Garabaya (2) por España.

La selección española de balonmano dio un nuevo paso hacia las semifinales tras imponerse a Ucrania por 29-31, una escasa renta, que obligará al equipo nacional al menos a empatar mañana con Eslovenia, si quiere acceder a la lucha por las melladas que se iniciará a partir del próximo sábado en Zúrich.

Al igual que ocurriera ante Polonia al conjunto español le costó ajustar el sistema defensivo, en esta ocasión un 6-0, lo que permitió a Ucrania, que tan sólo ha ganado un partido en todo el torneo, iniciar el encuentro por delante en el marcador.

ARRANQUE EN FRIO Hasta dos goles de ventaja (8-6) llegó a tener el equipo ucraniano, que no desaprovechó el frío arranque del portero José Javier Hombrados, y, sobre todo, la sorprendente debilidad que mostró Demetrio Lozano, para machacar la meta española con los lanzamientos en circulación del extremo derecho Mykola Stetsyura.

La reacción no tardó en llegar a base de calidad y mayor concentración defensiva. Un gol de Iker Romero en el último segundo permitió a España marcharse al descanso con un ventaja de dos goles (15-17), que servía para igualar la máxima renta lograda en el primer tiempo.

Una nueva racha de Julio Fis con dos goles y un penalti, que transformó Juanín García, permitió por fin a los españoles abrir una pequeña brecha en el marcador, 18-22 a los treinta y ocho minutos de juego.

Ventaja que ya no dejaría de crecer, aunque de manera más lenta de la deseada, pues el conjunto español hubiera necesitado una mayor renta para permitirse el lujo de clasificarse para las semifinales incluso perdiendo en la última jornada.

Pero la selección se empeñó en complicarse la vida una y otra vez, un par de exclusiones de Garabaya y Juancho Pérez, imprecisiones en el pase y lanzamientos impidieron a los españoles sobrepasar los cinco o seis goles de diferencia.

Una renta que todavía disminuiría más en un tramo final de encuentro plagado de sinsentidos, en el que llegó incluso a peligrar el triunfo español.