La selección de balonmano arrancó su andadura en el Europeo de Suecia, Austria y Noruega con una clara victoria (33-22) sobre Letonia, en un duelo en el que ni las dos expulsiones que sufrió lograron mermar su solidez defensiva.

Y eso que el comienzo no pudo ser más dubitativo para los de Jordi Ribera, que tan preocupados en controlar las acciones del gigantesco Dainis Kristopans, que se olvido, al menos de partida, de lo fundamental, desplegar su propio juego. Especialmente en ataque, donde los ‘Hispanos’, empeñados en estrellarse una y otra vez con el guardameta letón Edgars Kuksa, tardaron más de siete minutos en anotar su primer gol (1-3), obra de Ferrán Solé desde los siete metros.

Pero si España no estuvo entonada de inicio en la faceta ofensiva, en la retaguardia encontró el salvavidas para evitar que Letonia aumentase más todavía su ya de por sí inquietante ventaja (1-4) en el marcador. De hecho, bastó que los de Ribera acabaran de ajustar su defensa para que la selección española pasase en un visto y no visto de encontrarse contra las cuerdas a situarse con ventaja (5-4) en el tanteador. Letonia se aferró a un encuentro que pese al ajustado marcador, siempre dio la sensación de que se decantaría a favor del conjunto español. Y así sucedió al final.