España (21+20): Barrufet, Rocas (4), Garabaya (6), Davis (2), Romero (6,3p), Ortega (3), Rodríguez (-) -equipo inicial- Hombrados (p.s.), Entrerríos A. (3), Entrerríos R. (1), Uríos (3), Garralda (4), Hernández (3) y García (6,1p).

Japón (14+8): Tsubone, Shimokawa (2), Toyoda (2), Nagashima (1), Nakagawa (4), Haga (-), Yamaguchi (4) -equipo inicial- Takagi (p.s), Nomura (1), Higashi (1), Miyazaki (2), Tanaka (1), Sugiyamay (1) y Taba (3).

Marcador cada cinco minutos: 3-2, 8-6, 11-8, 15-11, 17-14, 21-14 (descanso), 24-15, 28-18, 31-19, 33-20, 35-21, 41-22.

Arbitros: Bord y Buy (Francia).

Incidencias: Partido de la primera jornada de la fase inicial del Mundial, Grupo C, disputado en el pabellón 7 de Noviembre de la ciudad tunecina de Sfax. 2.000 espectadores.

España selló su debut en el Mundial de Balonmano con una desahogada victoria sobre Japón, la más abultada de la corta historia de enfrentamientos entre ambos conjuntos. La victoria de España en este primer envite del Campeonato del Mundo no ofrecía dudas. La bisoña selección de Japón en esta competición así lo dejaba adivinar. No jugó el pivote pacense Juancho Pérez.

Pocas referencias se tenían para estudiar el comportamiento de los japoneses, ausentes de los mundiales desde que en 1997 acogieron la decimoquinta edición. La última confrontación oficial de españoles y japoneses se remonta al 22 de septiembre de 1988, en los Juegos de Seúl.

Pastor dosificó las fuerzas en esta primera jornada y abanicó todo el banquillo. Casi todos sus hombres entraron en juego en la pista. En su primera formación de ataque Pastor, debutante también como técnico en el Campeonato del Mundo, bautizó a Albert Rocas (Portland San Antonio) y José María Rodríguez (Valladolid). Esta ha sido su primera incursión con la selección absoluta en un compromiso internacional.

Rolando Uríos (Ciudad Real), quien debutó en los Juegos de Atenas; Raúl Entrerríos (Ademar León) y Rubén Garabaya (Valladolid), que jugaron el Campeonato de Europa de Eslovenia 2004, también se estrenaron ayer. La experiencia se saldó con un balance positivo, si bien la entidad del rival lo facilitó.

EQUILIBRIO INICIAL La primera toma de contacto transcurrió pareja para ambos combinados. El marcador lo reflejó en los primeros parciales en los que España, aunque siempre mandó, no se despegó mucho.

Japón imprimió una velocidad trepidante al juego que se tradujo en posesiones muy cortas. El meteórico juego japonés hacía difícil la concentración.

La defensa 6-0 española era pellizcada por momentos con asistencias al pivote. No era preocupante, pues su ataque tan sólo reflejó algún destello y su retaguardia era asequible. Los hombres de Pastor disfrutaron de claros lanzamientos desde los seis metros desde donde se cosecharon muchos goles, pero igualmente se cometieron errores.

El intermedio aclaró las ideas. España imprimió más velocidad a sus posesiones y afinó la puntería. La defensa se empleó con más determinación y recogimiento y así se alargó el marcador.