Tommy Robredo y, especialmente, Rafael Nadal, abrieron la puerta de la quinta final de la Copa Davis para España, que tras la victoria en el partido de dobles, se encuentra a un sólo punto de sentenciar a Francia.

La segunda sesión del enfrentamiento despejó los malos augurios y el pesimismo con el que se había cerrado la sesión inicial, incompleta por la suspensión del segundo choque de individuales, entre Juan Carlos Ferrero y Fabrice Santoro, que el valenciano completó en apenas veinte minutos (6-3, 6-1, 1-6 y 6-3). El duelo se puso empate a uno, pendiente del dobles.

El punto del dobles era el aval más seguro con el que Francia contaba para la eliminatoria. La pareja inscrita inicialmente, con Fabrice Santoro y Michael Llodra, de las mejores del mundo, vencedora en el Abierto de Australia y finalista en Roland Garros, era una garantía.

Pero todo se torció con la lesión de Santoro, aquejado de dolores en la muñeca izquierda en el transcurso del partido contra Ferrero. Forget depositó la confianza en Arnaud Clement.

El enfrentamiento se plagó de tensión desde el primer momento en un duelo de situaciones anómalas y presión. La primera manga se resolvió en el desempate, con triunfo español.

La ambición y el espíritu de Nadal facilitaron el trabajo de la pareja de España. El balear se dejó el alma en cada punto y combinó su afán con su talento. Equilibró las carencias de su compañero, desdibujado.

Francia reaccionó y transitó a favor en el segundo parcial gracias al break inicial sobre el saque del catalán (6-4). Pero lo mejor de España llegó en el tercero, con Robredo más entonado.

Los galos volvieron a reaccionar y se anotaron seis juegos de carrerilla en el cuarto (6-2). Todo quedó en manos del quinto parcial. El definitivo. La concentración llegó a las raquetas de España. Especialmente al lado del catalán, que su mejor versión. No despedazó su ocasión. Rompieron el primer saque de Clement, se pusieron 3-0 y consiguieron el primer triunfo.