Lejos de la indiferencia con la que los cariocas están viviendo los días previos al inicio de los Juegos Olímpicos de Río 2016, que empezarán el viernes con la ceremonia de apertura en el mítico estadio del Maracaná, los alrededores de la Villa Olímpica y del Parque Olímpico de Barra da Tijuca son un hervidero de actividad. Quienes se desplacen hasta este apartado barrio de Río de Janeiro, enclavado en los alrededores de una inmensa laguna a unos 30 kilómetros de los hoteles de Ipanema y Copacabana, podrán tener la suerte de observar como el equipo australiano de ciclismo en pista desafía en velocidad a los autobuses repletos de periodistas o como los vecinos olímpicos compiten por colocar el mayor número posible de banderas nacionales en los balcones de los 31 edificios de la Villa Olímpica. Un sano espectáculo de color y orgullo patrio que marca el inicio de la convivencia.

Pero el inicio de la semana fue también el día escogido por la mayoría de los atletas para probar las controvertidas instalaciones del Parque Olímpico. Sin lugar a dudas, el deportista que ayer más llamó la atención de la prensa internacional fue Rafael Nadal.

A pesar del jet-lag y el intenso sol tropical, el tenista manacorense no perdió la oportunidad de probar sensaciones sobre la pista del espectacular Centro Olímpico de Tenis. Precisamente, su estado físico tras la lesión de muñeca en Roland Garros y la falta de entrenamiento desde entonces preocupan visiblemente al abanderado español en Río 2016 y medalla de oro en Pekín 2008.

"Es imposible decir que voy a jugar a un gran nivel. No competí en dos meses y no será fácil estar al máximo en ninguna de las categorías aunque voy a darlo todo", declaró Nadal a su llegada al aeropuerto internacional de Río en la noche del domingo desatando todas las alarmas, sobre todo si se piensa que el tenista debería actuar en tres categorías incluyendo parejas con Marc López y Garbiñe Muguruza. "Voy a entrenar aquí algunos días para que qué puedo hacer y después decidiré qué es lo mejor para mí y para el equipo", admitió resignado quien, sin embargo, se resiste a lanzar la toalla como ocurrió en Londres 2012. Incluso lamentó la ausencia de Roger Federer, Tomas Berdych y Milos Raonic.

David Ferrer, que también es un gran conocedor de la ciudad al ser uno de los fijos cada año en el torneo Río Open, consideró que las condiciones climáticas del suave invierno carioca serán una ventaja frente al calor asfixiante del verano: "Está mucho más agradable que en el mes de febrero".

Reconocimiento de la villa

Más allá de las preocupaciones con el abanderado, el color rojo del equipo olímpico español ha sido omnipresente en el día de estreno en las instalaciones. La selección femenina de hockey hierba dedicó la mañana a realizar una gimcana en la Villa Olímpica con el objetivo de conocerla y establecer las tareas en las habitaciones.

"Nos la pintaban tan negra que cuando hemos llegado hemos visto que no está tan mal. Tenemos en nuestro apartamento una buena terraza con unas vistas impresionantes y en la piscina. Eso sí, hay una mosquitera en vez de un cristal", explicaba Xantal Giné, jugadora de hockey.