HUNGRIA: Puljezevic; Ivancsik (4), Nagy (4), Díaz (8), Csaszar (1), Gergo Ivancsik (5,2p) y Gal (5) -equipo inicial- Fazekas, Ilyés (2), Mocsai (1), Tombor (-), Katzirz (-), Herbert (1) y Vadkerti ().

ESPAÑA: Barrufet; Víctor Tomás (3), Belaustegui (1), Juancho Pérez (1), Romero (6, 3p), Davis (6) y Chema Rodríguez (2) -equipo inicial- Hombrados (ps), Alberto Entrerríos (5), Uríos (7), Raúl Entrerríos (-), Garabaya (1), Lozano (-) y Juanín García (1).

MARCADOR C. CINCO M.: 4-2, 4-5, 8-8, 10-10, 11-13, 15-17 (Descanso) 18-21, 20-24, 22-26, 26-28, 27-32 y 31-33 (final).

ARBITROS: Abrahamsen y Kristiansen (Nor).

La selección española de balonmano certificó su clasificación para los cuartos de final del Mundial de Alemania, tras imponerse por 31-33 a Hungría, en un encuentro en el que España recuperó algunos de los valores, desaparecidos ante Dinamarca, que hicieron hace dos años campeón del mundo a los de Pastor.

Hoy sí llegaron los balones a los extremos, hoy sí se movió a la defensa húngara de lado a lado en busca de crear nuevos espacios si el balón no podía llegar al pivote Rolando Uríos, primera opción en la sistemática de ataque del equipo nacional.

Lástima que el conjunto español, que sigue sin cuajar ese partido completo en todas las facetas que reclama Pastor impidiese que el 6-0 defensivo español no tuviese la efectividad que mostró ante los daneses.

El equipo español tuvo innumerables problemas para frenar los uno contra uno del jugador de origen cubano Ivo Díaz, que confirmó sobre la pista las advertencias del seleccionador español, que en la previa del encuentro destacaba el excelente estado del jugador del Arrate.

Circunstancia que unida a la incapacidad del equipo español para hacerse con los rechaces en ataque, impidió a España, pese al excelente trabajo del portero David Barrufet -el cancerbero del Barcelona concluyó la primera mitad con nueve paradas-, se despegase en el marcador.

De este modo, el equipo nacional llegó al descanso con tan sólo dos goles de ventaja (15-17), gracias a un postrero lanzamiento de penalti de Iker Romero, que hoy se olvidó de sus frivolidades desde los siete metros, y anotó las tres penas máximas de las que dispuso la selección en la primera parte.

VENTAJAS Las inferioridades numéricas no impidieron, sin embargo, que los de Juan Carlos dieron un primer estirón en el marcador para situarse con cinco goles de ventaja (19-24) a los ocho minutos de la reanudación. Renta que las intervenciones de David Barrufet, pese a dos nuevas exclusiones, en esta ocasión del extremeño Juancho Pérez y Demetrio Lozano, impidieron que bajaran, con tan sólo una excepción (26-28), de unos tranquilizadores tres o cuatro goles (26-30) con los que España afrontó los últimos siete minutos de encuentro.

Tiempo que sirvió únicamente para ratificar la recuperación definitiva del cancerbero David Barrufet, así como el excelente momento de forma de David Davis e, incluso, para poner un broche de oro al cumpleaños de Uríos, que ayer cumplió 37 años, coronándose como máximo goleador del equipo español.