La selección española de balonmano cerró su presencia en la segunda fase y posiblemente en el Europeo de Noruega, aunque en función de los resultados podría verse obligada a jugar por el quinto puesto, con una cómoda victoria (33-26) sobre Islandia, en un encuentro en el que le bastó poner un poco más de ganas para vencer. Aunque una posible victoria abría la posibilidad de verse condenado a jugar por el quinto y sexto puesto, fue un partido carente del menor interés.

Así de la mano del joven Carlos Ruesga, ubicado en el lateral izquierdo, España tomó rápidamente una pequeña ventaja en el marcador (4-2), que pese al empeño islandés, comandado por el central Snorri Gudjonsson, el equipo nacional logró mantener (12-10) superado el ecuador de la primera mitad. Una renta que se amplió a partir de entonces con claridad.