El italiano Iván Basso remató el buen trabajo de sus compañeros del equipo Liquigas y se adjudicó la decimoquinta etapa del Giro, que unió la ciudad de Mestre con el alto de Zoncolan, de 222 kilómetros, y el español David Arroyo (Caisse d´Epargne) conservó la camiseta de líder.

Basso, el vencedor del Giro en el año 2006, dio un golpe de mano en la considerada etapa reina, se acercó un poco más al líder y, al mismo tiempo, ganó su primer envite importante al español Carlos Sastre, el australiano Cadel Evans y el kazako Alexandre Vinokourov.

La segunda posición en la etapa fue para el campeón del mundo, Evans (BMC), a 1:19 minutos, y tercero fue el italiano Michele Scarponi a 1:31 minutos. Sastre perdió 2:44 y Arroyo 3:50.

Tras la segunda jornada de alta montaña, la general queda con David Arroyo al frente seguido del australiano Richie Porte a 2:35, el ganador de la etapa Iván Basso a 3:33 y Carlos sastre a 4:21 minutos.

La victoria de Basso no fue ninguna sorpresa y pareció un calco de lo sucedido en la jornada anterior, en la que se impuso su compañero Vicenzo Nibali. Los componentes del Liquigas hicieron un simulacro de contrarreloj por equipos en la segunda parte de la etapa, la más dura.

En la primera parte de la etapa dejaron el protagonismo a otros, a los aventureros del día, que fueron Ludovic Turpin (Ag2r), Jackson Rodríguez (Androni), Guillaume le Floch (Bbox), Nico Sijmens (Cofidis) y Jérome Pineau (Quick Step).

La etapa entró en su parte más interesante en las primeras rampas del monte Zoncolan, la denominada pared de esta edición del Giro, conocida como ´la Puerta del Infierno´.

Basso y Nibali no dudaron en imponer un ritmo fuerte. Respondieron al principio el también italiano Nichele Scarponi y el australiano Cadel Evans. Arroyo se marcó un ritmo cómodo, ya que contaba con una importante renta. Arroyo aguantó dosificando las fuerzas en la subida a Zoncolan, mientras que Sastre, Cunego y Vinokourov entraban y salían del grupo principal, pero al final lograron salvar con mérito la jornada.