El agua traída de todos los continentes y mares por los representantes de 164 países sirvió para inaugurar anoche en Barcelona los décimos Mundiales de Natación que se prolongarán hasta el 27 de julio.

Bajo la presidencia de la Infanta Cristina y con un espectáculo en el que el agua representó la unión, la tolerancia y la paz entre las diferentes culturas comenzaron en la Ciudad Condal unos mundiales que, de momento, ya han batido el récord de países en competición.

En el palco, junto a la Infanta, que estuvo acompañada por su marido, Iñaki Urdangarín, se situaron la Infanta Pilar de Borbón, el presidente de la Generalitat de Cataluña, Jordi Pujol, y su esposa, Marta Ferrusola.

En la presidencia también estuvo el presidente honorífico del Comité Olímpico Internacional, Juan Antonio Samaranch, y el secretario de Estado para el Deporte, José Antonio Gómez-Angulo.

El grupo Els Comediants , al igual que en los Juegos Olímpicos de 1992, en Barcelona, y la productora Focus fueron los encargados, con 40 artistas y figurantes y 500 voluntarios, de dar vida al espectáculo que llenó de luz, música y color el Palau Sant Jordi, cuyas gradas completaron sus 12.000 localidades.

ESPECTACULO VISUAL

La ceremonia inaugural constó de tres partes y duró una hora y media aproximadamente. La primera fue una sucesión de poemas visuales dedicados al agua como fuente de vida.

Tras este inicio comenzó el bloque institucional y con él, el desfile de los abanderados de cada país. El portador de la bandera, el portero de waterpolo Jesús Rollán en el caso de España iba acompañado de un voluntario que portaba en un recipiente agua de su país. Entre los países más aplaudidos estuvieron Irak, México, Palestina y Portugal. Pero ninguna lo fue tanto como la bandera española portada por Jesús Rollán, quien recorrió el perímetro de la piscina, emocionado, saludando al público, una buena parte del cual se encontraba de pie aplaudiendo durante minutos.