Al Cáceres Patrimonio de la Humanidad le espera el próximo viernes un jugador que puede presumir que ha rozado la NBA y que ha jugado en el Barcelona. Y es que el ZTE Real Canoe anunció ayer la incorporación de Jonathan Holmes, un ala-pívot de gran currículum.

El estadounidense, nacido en San Antonio, llegó a disputar dos partidos de pretemporada con Los Angeles Lakers y seis más con Cleveland Cavaliers. También en la temporada 2016-17 tuvo un contrato temporal con el Barcelona, siendo sus promedios en la Liga Endesa de 7.7 puntos y 3.7 rebotes por encuentro. Procede de los Austin Spurs, equipo de la G League, la competición de filiales de la NBA.

De 27 años y 2,06 de estatura, el Canoe, penúltimo en la clasificación, le define como «gran trabajador» y, sostiene el técnico de los madrileños, Miguel Ángel Aranzabal, «el hombre que todos los entrenadores querrían en su equipo».

Una cita especial

Será un aliciente más para un choque que en el Cáceres esperan con entusiasmo por varios motivos: en la pista del Canoe se selló la permanencia la pasada temporada en un día muy emocionante y ahora se llegará allí, a la cancha de Pez Volador, en un buen momento de forma.

Tras ganar el viernes por la noche al Marín (95-89), Roberto Blanco comentó que los apuros sufridos «servirán para la mentalización de la semana de cara al partido». El técnico recordó lo sucedido en la última jornada de la liga regular, cuando la victoria selló la salvación después de haber estado con un pie en el descenso apenas dos meses antes.

«La tensión vivida aquel día fue inmensa, pero también la alegría al final. No me importaría que acabase igual. Es un sitio que siempre nos va a traer buenos recuerdos», añadió el técnico placentino.

Cuando todavía no se conocía el fichaje de Holmes a nivel oficial, definió al Canoe como «un rival con muchos interiores que salen a la línea de tres puntos a jugar a partir de ahí. Todavía miran la salvación porque tiene varios equipos pegados. Nos los pondrán complicado».

Respecto a la victoria ante el Marín, puso en una balanza el aspecto negativo de haber encajado muchos puntos con el de haber logrado el triunfo. «Llevamos diez victorias. Esto no quiere decir que nos conformemos con el juego que hemos hecho, pero antes éramos un equipo que antes no metía más de 66 puntos y ahora mete más de 90. Algo estaremos haciendo bien en ataque. Estar así con este número de triunfos es para estar orgullosos, y seguir trabajando para lograr la undécima el viernes que viene», comentó. Enfrente, un jugador de prestigio contra el que habrá que buscar soluciones desde hoy.